Los trabajadores se hacían oír en la sala. Se agrupaban en diferentes corrillos. De tanto en tanto giraban la vista hacia la puerta de donde vendría el Presidente rodeado de todos sus directores. Apareció, se hizo el silencio y subió al estrado preparado para la ocasión. Su equipo directivo se repartió de a cuatro a ambos lados de la máxima autoridad.
-Buenas noches, – dijo el Presidente
-Buenas noches, – repitió la multitud
Y habló el Presidente:
Una vez más estamos reunidos en estas fechas tan señaladas. Llegamos aquí tras un año de grandes dificultades en el sector. Me vi obligado a realizar recortes salariales para ser competitivos. No teníamos otro camino: o bajada de sueldos o despidos. (Del público se escuchan unas toses nerviosas). Ya sabéis que antes teníamos que competir con las empresas nacionales, pero ahora en un mundo globalizado, la competencia también es global. Los países emergentes fabrican a precios más baratos y tenemos que reducir costes.
Nuestros nichos de ventas que antes nos eran favorables son también países golpeados por la crisis. Tenemos que ganar mercados. (El Presidente alzando la voz). Pero yo confío en vosotros, sois la riqueza de la empresa, el capital humano que hace que la compañía continué. No quiero mostraros mi desaliento, tengo razones para aseguraros que el año que viene va a ser mejor.
La empresa somos todos, cada uno en nuestro puesto de trabajo. Con los recortes realizados mantendremos la plantilla y no habrá necesidad de realizar ningún despido el año que viene. (El silencio es total). Todos juntos salvaremos la empresa de la crisis que atraviesa el sector. No me quiero extender más, pero sabed que los sacrificios que os he pedido no han sido en vano y servirán para que estemos aquí todos juntos el año que viene.
…Y ahora os deseo una Feliz Navidad para vosotros y vuestras familias.-, acabó el Presidente.
Unos tímidos aplausos inundaron la sala. Los trabajadores se fueron desplazando lentamente, a la esquina del salón donde estaba preparado el buffet.
Una hora más tarde se reunían el Presidente y el grupo directivo en una sala reservada de un hotel. Sentados en cómodos butacones, reían y bebían. El Presidente entregó a todos los directores un fax de la autoridad laboral. “Han aceptado la lista de los despidos para el año 2013. Serán unas cuarenta personas, los costes salariales se reducirán y nuestros beneficios aumentarán. Ganaremos competitividad y aseguramos el futuro de nuestra empresa. He pensado en incentivar nuestros salarios”. El Director Financiero asintió: “Es lo que te he comentado muchas veces, Presidente, reducir costes salariales, mejorar la cuenta de resultados”. Todos los directores asintieron, y siguieron bebiendo y riendo.
Entrada la noche el Presidente llamó al chofer de la empresa, para que le llevara a su casa.
.- Buenas noches Ramón. Feliz Navidad.
.- Gracias Presidente. Feliz Navidad y que sea por muchos años.
.- Sí, llevamos unos cuantos.
.- Veinte, Presidente.
El Presidente se reclinó en el asiento del Audi A8. Sus pensamientos volaban del aumento de su sueldo para el año que viene, a la juventud que tendría su nuevo chofer.