El pasado día 28 de abril tuvo lugar una concentración en la puerta del Hospital de la Princesa, convocada por las asociaciones de ASVEGUIN, Goya-Dal Puerta de Alcalá y Valle Inclán de Prosperidad. ¿El motivo?…
Responder a la iniciativa de comisión de Sanidad de la FRAVM (Federación regional de asociaciones de vecinos de madrid), de protestar por la deficiente situación de la sanidad madrileña y llevar a cabo, en distintos centros sanitarios movilizaciones promovidas por asociaciones de vecinos a favor de la sanidad 100×100 pública y de calidad Profesional, vecinos del distrito, y usuarios de los Centros de Salud de Prosperidad, Santa Hortensia, Pantoja y Potosí hicieron patente con su presencia en la puerta del mencionado hospital su descontento con la gestión del gobierno de Esperanza Aguirre, “caracterizada por un notable aumento de la contratación privada y la entrega de las infraestructuras públicas al sector privado con ánimo de lucro a costa de un alarmante recorte de los gastos sociales”.
A pesar del crecimiento, en medio millón de personas, de la población madrileña, el presupuesto sanitario destinado a las actividades de prevención y promoción de la salud se redujo en 150 millones de euros entre los años 2005 y 2011. En ese periodo, el Ejecutivo regional de la tercera comunidad autónoma con mayor renta per cápita del Estado invirtió por habitante un 13% menos que la media de las comunidades autónomas.
Tal recorte presupuestario contrasta con el incremento de la inversión destinada a contratar servicios sanitarios privados, una partida que solo en la primera legislatura creció un 76,27%. En 2010, al tiempo que el presupuesto de los hospitales públicos creció apenas un 1,35%, los fondos destinados a conciertos privados y nuevos hospitales aumentaban un 23,2% y un 32 % en 2011.
Como consecuencia de esta clara apuesta por la privatización de la sanidad pública, la construcción de los ocho nuevos hospitales, con un presupuesto de 701 millones de euros, no ha mejorado la atención prestada a los usuarios toda vez que se ha hecho a costa de eliminar medios en los hospitales públicos. El número de camas hospitalarias disponibles por cada 1.000 habitantes ha caído en Madrid de 2,01 a 1,99. Hoy, sería necesario crear 1.300 camas para alcanzar la media del resto de comunidades autónomas, situada en 2,31.
La situación en la Atención Primaria no es mucho mejor. La carga asistencial de los médicos de familia supera en un 9,3% la media del resto de comunidades autónomas. El personal de enfermería atiende una media de pacientes que supera en un 17,1% la media nacional. Todo ello como consecuencia del incremento poblacional y de la destrucción de 2.771 puestos de trabajo entre 2008 y 2010, a los que habrá que sumar los 1.400 empleos que, a la luz de los presupuestos de 2011, desaparecerán este año. La masificación de los centros de salud supera, por tanto, en un 40% la media de las comunidades autónomas. Por primera vez, los pacientes tienen que esperar para ver a sus médicos de cabecera una media de tres días, una demora que puede alcanzar los diez días en los centros más congestionados.
Una de las joyas de la corona del programa electoral de Esperanza Aguirre, el plan de reducción de la lista de espera quirúrgica, tampoco ha lucido como se esperaba: entre 2005 y 2010, las personas pendientes de intervención aumentaron de 33.155 a 50.653 un 52,77% de los cuales el 68,27% esperan más de los 30 días establecidos como mínimo por la publicidad institucional.
Es un hecho que los ciudadanos madrileños van tomando conciencia de la situación y no se van a resignar a perder uno de los pilares del estado de bienestar.