¡Madre mía, que ha venido una “instagramer” famosa a la Aso! en la primera actividad presencial tras la pandemia.
Sólo que en esta ocasión se trata de alguien que sabe escribir, y muy bien, por cierto, la muy reconocida escritora Marta Sanz, que nos ha presentado su último libro “Parte de mí”.
Su anterior título, “pequeñas mujeres rojas”, acababa de llegar a los escaparates de las estanterías el 10 de marzo de 2020, sí, justo antes de la pandemia de COVID 19 y el confinamiento en nuestras casas.
Marta nos ha hablado de ese momento de desánimo, por ver lo que había escrito con tanta ilusión en los escaparates de las librerías cerradas.
Nuestra escritora se confinó en casa y siguió haciendo literatura; poco a poco, día a día, convirtió en materia literaria su vida cotidiana, como sin darle importancia. Y un día decidió comunicar estas reflexiones, observaciones, sentimientos, a sus posibles lectores y lo hizo a través de Instagram, donde ha desarrollado un “Diario de pandemia”, con sus textos y sus fotos, como corresponde a esta red social. Fue ganando lectores poco a poco hasta llegar a muchos miles de personas que la seguían diariamente, para los que fue un momento de emoción y reflexión en sus “día a día”, a veces muy duros. Cuenta que para algunas de estas personas, llegó a convertirse en una especie de curso sobre “Cómo hacer literatura”, con la propia sensibilidad y capacidad de reflexión.
Después llegaron los primeros paseos, y el encontronazo que todos sufrimos con las realidades y carencias muy duras, que no esperábamos a la vuelta de cada esquina.
Y llegaron también los aplausos y el reconocimiento del papel central, crucial, de la sanidad pública, esa sensación de compartir algo valioso, los miles de personas que dieron lo mejor de sí en los hospitales durante esos días. Esas sensaciones que nos hermanaban con todo el vecindario pero a las que, como Marta dice, no hemos sabido aprovechar del todo para construir algo en común, sino más bien lo contrario, en los tiempos que vivimos y que, políticamente, preocupan mucho a nuestra escritora.
“Parte de mí” es el resultado de ese ejercicio literario de creación cotidiana. Su título alude a los retazos de su vida personal que nos comparte, que nos trasmite en cada “post”. Y tiene sus propios protagonistas, Chema, su compañero, gran apoyo y su “chico de portada”; su padre, gran lector, constructivo y amoroso; su madre, que pone algo más de distancia con las redes sociales; hasta su gata, medio salvaje, medio “glamourosa”, que domina el arte de posar ante la cámara del móvil.
“Parte de mi” alude también a su hilo narrativo, que parte de Marta y conecta a quienes la leemos con sus sensaciones y sus recuerdos, precisamente como si partieran de la “Caja de los hilos”, con la que recuerda a su abuela, que le abrió el mundo de la literatura mientras tejía innumerables braguitas de ganchillo para su nieta.
Precisamente, ese recuerdo de su abuela está también muy presente en su obra anterior, “pequeñas mujeres rojas”, así, en minúsculas; el libro que se quedó lleno de polvo en los escaparates de las librerías cerradas. Se trata de la novela que cierra la trilogía de novela negra, negra y también paródica e irónica, que había iniciado varios años atrás con “Black, black, black” y siguió con “Un buen detective no se casa jamás”. Las tres novelas comparten personajes -Zarco, Paula, Luz- y consiguen dar una vuelta de tuerca para extraer una mayor exigencia del género negro, bastante manoseado en los últimos tiempos.
“pequeñas mujeres rojas” es también un reconocimiento lleno de cariño por su abuela y tantas otras mujeres que pelearon toda su vida por mantener su coherencia y su dignidad en tiempos de dictadura y hasta de transición.
Con el apoyo de Pedro, de la librería “El buscón”, muy cercana a nuestra Asociación Valle Inclán Prosperidad, y de Alfonso, que fue un estupendo conductor de la conversación, Marta Sanz nos ha trasmitido con palabras sencillas, sentido del humor y mucha honradez intelectual y humana un breve “curso de literatura”, breve en el tiempo pero, como debe ser, con muchas cuestiones sugeridas -creativas, ideológicas, sociales- sobre las que podremos volver al leer sus libros.
Y por cierto, Marta Sanz empezó sus palabras con un reconocimiento a nuestro barrio, la “Prospe”, como barrio muy literario, no solo por haberlo compartido con ilustres escritores, sino también porque ya forma parte de su universo creativo a través de su querida tía Maribel, que fue vecina nuestra.