Cuando empieza un nuevo año siempre nos preguntamos qué va a pasar, siempre albergamos esperanzas y también muchas incertidumbres. Se inicia este año con problemas y con un futuro incierto. Cuando empieza un nuevo año siempre nos preguntamos qué va a pasar, siempre albergamos esperanzas y también muchas incertidumbres. Se inicia este año con problemas y con un futuro incierto. Puesto que los analistas políticos y económicos suelen equivocarse demasiadas veces en sus predicciones este año he recurrido a una vieja gitana que sabe leer las rayas de la mano. La pobre mujer ha estado un buen rato mirándome la mano, cada vez se acercaba más para descifrarme las rayas y al final me ha dicho apesadumbrada que todo era incierto, que no se atrevía a decir nada.
Me he quedado muy sorprendido porque las gitanas viejas lo saben todo. Os voy a contar, por lo menos lo que yo pienso pero os advierto que no soy analista ni tengo sangre gitana, que yo sepa, ni soy un tertuliano de esos que lo saben todo.
Creo que el Gobierno nos irá repitiendo que la crisis ya es historia atorrándonos con las magnitudes macroeconómicas que le sean favorables, que no son todas, pero continuarán millones de hombres y mujeres en el paro, muchos, muchos miles, sin cobrar ninguna prestación, los jóvenes continuarán marchando al extranjero para pillar algún trabajo, continuarán los recortes presupuestarios porque la troika, la que manda, nos obliga a pagar la deuda no sabemos muy bien de que, continuarán las colas en los comedores organizados por los barrios, no por los Servicios Sociales. No creo que el Gobierno en pleno, con el Presidente a la cabeza, se conviertan de repente y cambien radicalmente la política económica. Esto solamente pasó a Paulo, según cuentan, cuando iba cabalgando a Damasco y se cayó del caballo. El pobre se dio tal coscorrón que cambió totalmente y dejó de perseguir a los cristianos.
Volverán a salir más casos de corrupción y volverán a ser noticia los interminables procesos judiciales. A lo mejor, si hay suerte, termina algún juício y vemos a respetables señores ingresando en la cárcel. Ya hay algunos también muy respetables, al menos lo fueron hasta el día del juicio, se dice que están dando cursillos a los rateros.
Tendremos elecciones municipales y autonómicas y aquí pueden pasar muchas cosas que hace solo un año eran insospechables puede haber cambios importantes, podemos ganar Madrid e imprimir un nuevo estilo, impulsar una política solidaria, social y participativa.
Lo que parece cierto es que el bipartidismo, la alternancia de los dos grandes partidos que tanto ha tranquilizado al capital financiero, está terminando.
Quizás mi visión del futuro sea poco clara y optimista, la visión de mi vieja gitana tampoco debía ser demasiado optimista cuando no me quiso decir nada.
Mi visión del futuro no es ingenuamente optimista pero sí creo que hay signos evidentes de esperanza. El esfuerzo de algunos partidos y de muchas mareas y plataformas no puede quedar baldío ya están cambiando muchas cosas, la sociedad no está indiferente.
Si hacemos un esfuerzo por recordar los tiempos pasados nos daremos cuenta que las cosas nunca han sido fáciles, que cualquier conquista ha costado mucho esfuerzo pero se han logrado avances.
Enero 2015