En una mañana lluviosa, nos dispusimos a hacer un recorrido por los Paseos de Recoletos y de la Castellana, en busca de un pasado que llegó a albergar entre mediados del siglo XIX y mediados del XX, alrededor de cincuenta palacios. Y de los que hoy subsisten apenas una docena.
Desde tiempos de Felipe IV, el eje que discurría entre las puertas de Atocha y el portillo de Recoletos, estaba claramente diferenciado en dos sectores. El primero de ellos era El Prado de los Jerónimos, que cubría el trayecto ente Atocha y la actual plaza de Cibeles. El segundo, sería denominado Prado de los Recoletos Agustinos, por el convento e iglesia de esta orden religiosa.
Al ser desamortizados en el siglo XIX, sus terrenos serían ocupados por diversas edificaciones entre las que cabe destacar el Palacio de la Biblioteca Nacional. Quedando del antiguo convento, tan solo el nombre del paseo que se mantiene hasta nuestros días.
De los edificios históricos que permanecen en pie, cabe destacar en el comienzo del Paseo, el que fue Palacio de la Duquesa de Alba y después de Manuel Godoy. Me refiero al Palacio de Buenavista, actual Cuartel General del Ejército. Joya de la arquitectura neoclasica madrileña, proyectada por Juan Pedro Arnal en 1777.
Frente a éste se encuentra el más moderno de Los Marqueses de Linares. De 1914. Obra neobarroca de tintes franceses, y que estuvo a punto de sucumbir a la piqueta en los años setenta del pasado siglo. Actualmente es la sede de la Casa de América.
Un poco más adelante. En la misma acera de los pares, nos encontramos el que fue palacio del Marqués de Salamanca. Obra del arquitecto del Congreso de los Diputados. Salvador Pascual Colomer. Este palacio neoclásico inaugurado con una gran fiesta en 1858 por la reina Isabel II, es hoy sede de la Fundación del BBVA. Y es poco tiempo el que vivió el Marqués en él. Ya que poco después paso a residir en el más fastuoso del Duque de Uceda, que después del Marqués de Salamanca sería ocupado por la Duquesa de Medinaceli. Nos referimos al palacio que sucumbió a la especulación en los años 60 para dar paso a lo que hoy es el Edificio Colón, que fue la sede de Rumasa y en cuyo interior se puede visitar el Museo de Cera.
Muchos son los palacios como más arriba indico, que poblaron las aceras de este tramo de paseo, que se vio ampliado en las postrimerías del XIX, con el derribo de la cerca de Madrid y por lo tanto del Portillo de Recoletos, continuando la ciudad por el Paseo de la Castellana, hasta el Hipódromo, que estaba, donde hoy se alzan los Nuevos Ministerios. Nuestro primer paseo de primavera se vio alterado por las condiciones atmosféricas y tuvimos que refugiarnos de la lluvia.
Fue precisamente uno de estos palacios que continúan en pie el que nos sirvió de refugio.
Me refiero al Palacio de la Marquesa de Medina de las Torres. Obra del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos. Construido a finales de XIX y que hoy junto con el Palacio de Elduayen, constituyen la Fundación Mapfre, en este refugio, pudimos disfrutar de la exposición “El Canto del Cisne” Pinturas Académicas del Salón de París. Con fondos del Museo D ´Orsay.