El pasado nueve de octubre, se presentó en el local de la Asociación Vecinal Valle Inclán Prosperidad el libro «Memoria de la Clandestinidad», cuya autora Ritama Muñoz Rojas, periodista y licenciada en derecho, lo es también de diferentes publicaciones: «Poco a poco os hablaré de todo, historia del exilio en Nueva York de la familia De los Ríos, Giner, Urruti», editado por la Residencia de Estudiantes (2010). Autora también de «Los olvidados del exilio» Editorial Cordelia (2021). Y «La Prospe se puso en movimiento» editado por la FRAVM y el Ayuntamiento de Madrid, así como de numerosos artículos, entrevistas y reportajes relacionados con las víctimas de la dictadura.

La presentación corrió a cargo de Antonio Cruz, Responsable de la Biblioteca de la Asociación, Rosa García Alcón, querellante de la primera demanda contra los crímenes del franquismo y Juan Manuel López Rubio, miembro de la Asociación, abogado medioambientalista y militante de izquierdas antes y ahora.

Después de las palabras de Antonio Cruz refiriendo las personas que intervendrían, pasó la palabra a Rosa García Alcón,  una de las personas entrevistadas en el libro, que ilustró los esfuerzos de las cerca de cien querellas presentadas desde 2017 por las víctimas del franquismo por torturas, crímenes de lesa humanidad, contra miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado durante la dictadura. Su intervención versó sobre las detenciones y torturas que sufrieron en la Dirección General de Seguridad en la Puerta del Sol, hoy sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid y lugar del que se pretende su significación con una placa, donde se indique como edificio donde se practicaron torturas, malos tratos y sevicias, contra los opositores a la Dictadura en su lucha por la Democracia. También un repaso sobre las dificultades que representaba desarrollar cualquier tipo de manifestación en la calle gritando libertad o democracia, así como que el tremendo miedo a ser detenidos por las diferentes policías, no paralizaba la determinación de llevar a cabo las manifestaciones y repartos de propaganda ilegal.

Juan Manuel López Rubio en la presentación indicó que de los 23 testimonios de hombres y mujeres la mayoría mantuvieron sus actividades de gran riesgo y de forma clandestina, en los años del tardo franquismo, con algún caso de experiencias de la guerrilla, al principio de la dictadura. También, de las adopciones ilegales y del movimiento de los niños robados, así como de tres juristas que dieron apoyo y defendieron en los tribunales franquistas a quienes se jugaban la vida y la libertad por la Democracia. Al respecto indicó los diferentes Leyes, Tribunales y Juzgados (Vagos y Maleantes, Orden Público, Código de Justicia Militar) que se fueron utilizando por el franquismo para tratar de  hacer desaparecer la contestación en talleres, minas, fábricas, Universidades, Institutos de Segunda Enseñanza, incluso en la propia Iglesia, con cárcel especial para curas. También la suspensión de la obligatoriedad de presentar a los detenidos, a las 72 horas ante el Juez de Orden Público, o la entrada y registro en los domicilios sin control jurisdiccional, con los Estados de Excepción. Resultando de todo ello, que por un mismo hecho de propaganda o manifestación, no sólo provocaba la detención, también la pérdida del trabajo o la expulsión del centro de estudios, la cárcel, la cuantiosa multa administrativa, los informes al Ejército para el momento de la llegada a realizar la «mili» de los que tenían antecedentes penales. Resaltó también que en los testimonios aparecen referencias a los problemas que se creaban a las familias y los de algunos casos de denuncias de las mismas a la policía, derivando de ello la detención.

Por último, la autora Ritama Muñoz-Rojas, también miembro de la Asociación, aparte de agradecer las presentaciones, hizo una exposición resumida del libro, explicando que se ha centrado en los clandestinos de los sesenta y setenta del siglo pasado, excepto en el caso de Quico el último maquis, por cuestiones de edad, siendo que muchos de los potenciales testimonios del primer franquismo son de personas que han fallecido. Para ella la palabra clandestinidad es más de lo que refiere la RAE: «secreto u oculto especialmente por temor a la ley o para eludirla» , le señala el modo de vivir o sobrevivir de cientos de personas en aquellos tiempos, porque querían que su país fuera democrático y libre. Las entrevistas realizadas entre finales de 2022 y otoño de 2023, con las que se recrea la cotidianeidad de la lucha contra la dictadura a través de testimonios muy distintos, resaltando la normalización del miedo, el peligro constante, la angustia de saber que alguien controla todos tus movimientos porque quiere dejarte fuera de juego.

En definitiva, un buen libro que merece ser conocido.

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