Gloria Bodelón visitó la Asociación Vecinal Valle Inclán de Prosperidad y pudimos charlar con ella de la situación de la migración en España. Gloria Bodelón es licenciada en Ciencias Políticas Económicas y Comerciales (sección Políticas) por la Universidad Complutense de Madrid, en la actualidad es directora de Recursos Humanos del Instituto Cervantes
Comenzó su charla definiendo el concepto migración que supone el traslado de personas a fin de fijar su residencia en un lugar diferente al de su procedencia.
Según lo anterior hay cuatro tipos de migración: La promovida por motivos económicos que busca mejores oportunidades de trabajo o de vida.
La política, que es el caso del refugiado que huye de su país por tener determinadas ideas políticas o religiosas o por pertenecer a un determinado grupo social o étnico y cuya vida o libertad corren peligro
El desplazado, personas que huyen de un conflicto armado o de una grave catástrofe natural.
Cualquiera que sea el motivo que mueve a estas personas a abandonar su país los emigrantes deben afrontar el agravamiento del discurso xenófobo que recorre el mundo occidental con dos argumentos fundamentales, el de “nos invaden” hay una emigración excesiva y “La teoría del reemplazo” cuyo argumento es “se esta produciendo una modificación de nuestras costumbres y nuestra cultura. La población blanca cristiana desaparecerá.”
Frente a estos argumentos se oponen las cifras de la población migrante económica extranjera en España.
En el año 2024, según el Observatorio Permanente de la emigración (OPI), los emigrantes con autorización de residencia en vigor eran 3.092.590, los emigrantes con certificación de registro (procedentes de la UE) 3.723.446 y según el Ministerio del Interior los emigrantes irregulares llegados a las costas españolas 26.585 .
Según OPI en 2022 los principales países de origen de la población extranjera que había en España fueron: Marruecos 714.243 personas, Rumania 627.478, Colombia 314.679 y Reino Unido 293.171, en total1.949.571. Ese mismo año obtuvieron alguna clase de protección según el Ministerio del Interior 34.611 personas, los motivos fueron por concesión de estatuto de refugiado 6.828; por concesión de protección subsidiaria 7.405 y por concesión de residencia por razones humanitarias 20.924.
Bodelón añade que las políticas publicas para gestionar el fenómeno migratorio deben actuar en tres campos: control de acceso al territorio, integración y ayuda al desarrollo.
En estos momentos la UE parece poner el acento, exclusivamente, en políticas de control de acceso al territorio de la Unión. Sin embargo, el deber de hospitalidad, de buena acogida al extranjero, forma parte de nuestro ADN como civilización con unos sólidos fundamentos.
En las tres religiones monoteístas, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, aparece ya la obligación de atender al extranjero.
Y tanto en textos de la Antigua Grecia (Ilíada) como en el Renacimiento (Dante) como en el Romanticismo (Victor Hugo) se impone la idea de hospitalidad con el extranjero.
Finalmente hay argumentos legales: Desde la Edad Media hasta el Estado Absoluto, la legislación civil respeta la protección que da la Iglesia a todo el que huye del poder civil.
Con la aparición del Estado Liberal la protección eclesial pasa al poder civil (primera Constitución después de la Revolución Francesa. En España la recogen las legislaciones liberales a partir de 1820), La comunidad internacional lo hará a partir de la creación de la Cruz Roja Internacional, y posteriormente, la sociedad de Naciones y la ONU.
En la actualidad los Refugiados están protegidos principalmente por la Convención para los Refugiados de 1951. Los Desplazados de Guerra por las Convenciones III y IV del Derecho Humanitario o Derecho de la Guerra.
Los emigrantes económicos están protegidos por los artículos 3 (Nadie puede ser expulsado donde su vida o su libertad corran peligro) y 5 (Nadie puede ser encarcelado sin una acusación de delito salvo, de manera temporal, a efectos de expulsión del territorio) del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Como colofón, Gloria Bodelón recuerda que los inmigrantes no son únicamente factores de producción (que sería de nuestras economías sin ellos), son ante todo sujeto de Derechos y Obligaciones, es decir CIUDADANOS.