El pasado día 5 de abril, a las 19, 30h se presentó en la Asociación de Vecinos Valle-Inclán de Prosperidad, el libro titulado “La Matanza de Atocha” que narra los terribles sucesos con profundidad histórica, bien articulado y conducido con sabiduría, para mantener la tensión del relato, aun conociendo el trágico desenlace.
Está escrito por los hermanos Martínez Reverte, que durante tres años de profunda investigación y tropiezos innecesarios que la vida nos pone aquí y allá han logrado un extraordinario resultado.
El apogeo humano en el ágora literaria por causa del interés suscitado fue pleno, había jóvenes, medianos e intemporales entre los asistentes. Aun existen muchos seres de bien que intentan contribuir, desde estos actos cívico-culturales, al desagravio de momentos históricos preñados de estulticia barata.
Para muchos de nosotros es un apunte indeleble en nuestras neuronas, pese a que algunos intentan, por omisión constante, llevar a flote el olvido de muchos momentos que, se quiera o no, forman parte de la historia vivida.
La mesa comenzó a exponer sus criterios, primero habló Hans, el secretario de la Valle Inclán.
Tras agradecer la presencia de los que a un lado y a otro de la mesa estaban hizo un recordatorio sentido a la primera mujer abogada laboralista de España, se trata, como casi todos recordáis de María Luisa Suárez.
Refirió que “La Matanza de Atocha” es un libro que resulta necesario conocer en la actualidad, es memoria de la transición y como tal debe ser leído y recordado.
Es, como también acentuó, un exhaustivo trabajo de una parte de aquella semana fatídica y negra de ese negro enero de 1977.
Pasó la palabra a Luis Sancho, nuestro librero de cabecera del barrio de “La Prospe”, un agente cultural del distrito como la copa de un pino y el gran posibilitador de este encuentro entre autora, vecinos y concejal.
Como hombre de pocas palabras y muchos hechos, agradeció a todos su presencia e hizo mutis por el foro izquierdo, como no podía ser de otra forma.
Algunos nos quedamos con la copla de que esto podría ser un buen principio para desarrollar la cultura a muchos niveles. Tanto antes del acto como después surgieron propuestas para hacer de ese espacio un foro literario.
Seguidamente tomó la palabra Mauricio Valiente, abogado, doctorado en DDHH y Concejal presidente de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín.
Elogió sinceramente esas páginas escritas, yo sabía lo que iba a decir, el día anterior me habló del interés que suscitó en él esa narración tan bien planteada, como manifestó en el acto: fue, según nos hizo saber, una grata obligación su lectura, para poder presentar el acto, hizo hincapié en lo bien documentado que estaba, gracias a los relatos de los abogados que trabajaban en ese u otros despachos democráticos en la transición.
Agradeció a los autores como describen el dispositivo criminal pergeñado para que reventase la sociedad aún presuntamente desorganizada y bajo un gobierno que no podía ser considerado democrático. Pero, es el caso, que la sociedad no explotó ni se quedó en casa esperando a que el miedo les regularizara nuevamente sus vidas.
El escrito, prosiguió el concejal, refleja el espíritu de lo que se está queriendo decir en la actualidad desde el ayuntamiento de esta capital, en cuanto a la base de la memoria histórica, que es intentar potenciar un elemento de justicia dentro de nuestra identidad como colectivo. Ese es el espíritu de la memoria democrática e histórica.
Se refirió más adelante en su intervención, a que se trata de un libro documental aderezado con fotografías de esos transcendentales momentos, que dejan ver el movimiento social existente y volvió a referirse en cuanto a que esa es la auténtica memoria que sustenta a cada país.
Mencionó, como no podía ser de otra forma, a María Luis Suárez, la que fue decana de ese conjunto de abogados que luchó por las libertades colectivas e individuales para la mejora del bien común.
Para concluir recordó que Javier Benavides, durante algún tiempo fue vecino de este nuestro distrito.
Tomó la palabra Isabel Martínez Reverte, coautora de este importante documento escrito.
Hizo ver al auditorio con maestría de historiadora lo difícil que fueron aquellos años y en especial aquella negra semana de ese enero negro de 1977.
Recordó el secuestro por el GRAPO de Antonio María de Oriol y Urquijo, Presidente del Consejo de Estado (secuestrado el 11 de diciembre de 1976). La tensión en las calles era grande, las fuerzas de seguridad en las que podía confiar el gobierno de Suarez no pasaban de dos centenas, los ultraderechistas italianos y argentinos campaban por sus respetos por nuestras facultades y en los ambientes sociales que se les requería o no. El comisario Roberto Conesa dirigía la operación de búsqueda del secuestrado Oriol.
-El 23 de enero el estudiante Arturo Ruiz es asesinado en la Gran Vía por un grupo de ultraderechistas, en una manifestación proamnistía.
-El 24, Luz Nájera en una manifestación por la muerte de Arturo, es alcanzada por un bote de humo disparado por los antidisturbios y muere
-El 25 es secuestrado el general Villaescura, Presidente del Consejo de Justicia Militar, frente a su domicilio.
Horas más tarde un grupo de terroristas irrumpen en el despacho de los abogados laboralistas de Atocha 55, quieren matar a Joaquín Navarro, sindicalista del sector de transportes, por ello, tras entrar los matones a sueldo de ideas frustrantes o del vil metal, comienzan a disparar y disparar y disparar…, matan a varios abogados y un administrativo.
Joaquín no estaba en los despachos de los laboralistas, el sindicato vertical había errado, el sindicato vertical se quedó sin futuro, solo con el recuerdo de un pasado cargado de sobres, y amenazas a representantes de los trabajadores.
El objetivo no estaba cumplido y Joaquín tiene que esconderse de la policía durante más de un mes.
Isabel, nos recuerda, que fue la semana del miedo a todos los niveles, con mayor preocupación que el 23 F, pero que el ejemplo del pueblo, del PC y CCOO, fue contundente. Todo lo que se pretendió por la ultraderecha, sucumbió por la fuerza y el interés de un pueblo en busca de su identidad sin miedos y por la capacidad de organización y de la manifestación de valores democráticos que demostró el PC, el día que se trasladaron los cuerpos de los asesinados desde el Colegio de Abogados al cementerio. Esa fue la puerta que abrió su legalización y la que hizo que España llegara a poder sentirse democrática, por ser admitida, tras tantos años ciegos en su pluralidad de sentires.
Desde el comienzo se vieron aparecer en los ojos de los asistentes esas chispas vívidas que son el preámbulo de que las mariposas del cambio revoloteen y busquen formas para hacerse escuchar, por eso, tras las palabras de la mesa se pasó la voz al ágora expectante deseosa de participar, los asistentes pidieron al Concejal, acciones de mejora en la memoria histórica, cuestiones como: dar el nombre de los asesinados a calles, bien de este distrito, bien en el municipio.
Hacer en las escuelas actos para que los pequeños sepan sobre la Institución Libre de Enseñanza.
Potenciar reuniones con aquellos que aún conservan parte de la memoria histórica en nuestro distrito, como Eduardo Arenillas, creador plástico.
Creación de un museo de la memoria,…