En una época de escasez de análisis sociales, y en la que parece que hay que resignarse a que sean los poderes económicos los que marquen el rumbo de la sociedad, las ideas de Antonio Ariño y Joan Romero, en su libro de reciente aparición: “La secesión de los ricos”, viene a hacernos comprender lo que está ocurriendo, y cómo se puede volver a construir una sociedad más justa.
Refieren cómo después de la Segunda Guerra Mundial, se fue organizando un sistema de estabilidad sólido con protección social sanidad, educación, pensiones y derechos civiles. Tras la caída del muro de la Unión Soviética el capitalismo de “rostro amable” perdió pie y dejó el campo libre a escala global a las políticas neoliberales. Creándose políticas propias del capitalismo tecnológico-financiero, que favorecen procesos de concentración de la riqueza, denominada “la secesión de los ricos”.
Los Estados se privatizan, el estado de bienestar se va perdiendo, las clases medias se empobrecen, se crean estructuras culturales ad hoc y ante este modelo de inseguridad los ciudadanos miran a la izquierda en el sur de Europa, sin encontrar referentes, mientras otros muchos miran a la extrema derecha, al populismo, donde reina la falta de transparencia, la hipocresía y la manipulación.
La brecha social se amplía. Se requiere una tormenta de ideas para poner en marcha una nueva forma de organización de la sociedad alternativa que haga frente a la neoliberal. Ideas que cristalicen en un nuevo contrato social, que tienda a mayor igualdad, tanto español como europeo. Recuperarlo, es un ejercicio de interés común a todas las partes. Requiere una pedagogía clara, ya que en la actualidad los problemas sistémicos importantes se esconden, al centrarse los medios en “cosas más soeces”.
Así pues los autores, plantean un problema global, que parte de la indignación pasa por el discurso político para llegar a la acción política.