EL AYER Y HOY DE NUESTROS BARRIOS
Vecinos del distrito de Tetuán han visitado el barrio de Prosperidad en una jornada en la que se han compartido experiencias y proyectos vecinales, nostalgia, teatro y merienda. De la mano de la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán y en los locales de la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad hemos podido conocer un poco más a fondo la historia de uno de los distritos más populares de Madrid y un interesante proyecto vecinal llevado a cabo durante los últimos años.
El distrito de Tetuán nació emparentado con Africa (Tetuán es la ciudad de las fuentes, en el norte de Marruecos) porque su nombre se debe al origen de sus primeros pobladores: las tropas repatriadas del general O’Donnell a su regreso de la guerra de Africa en 1860. Entonces se llamó Tetuán de las Victorias y era un municipio de Chamartín de la Rosa. No se convirtió en un distrito de Madrid hasta 1948. Está formado por distintos barrios como Cuatro Caminos, Bellas Vistas, Berruguete, Valdeacederas o Ventilla pero sus vecinos suelen referirse a todo el conjunto como “barrio de Tetuán”. Ha sido desde su origen un barrio obrero y luchador, de gentes sencillas y trabajadoras, acostumbradas a convivir con personas de otras tierras, ayer extremeños o andaluces, hoy caribeños, marroquíes o rumanos.
En los años cincuenta, los barrios madrileños se poblaban de nuevos vecinos fruto de la inmigración interior atraída por el crecimiento económico de la segunda mitad del siglo pasado. A partir de los años noventa, es la inmigración extranjera la que va poblando nuestras calles hasta convertir algunos barrios en pequeños “caribes” durante todo el año, o “alcazabas” en la época del Ramadán, cuando miles de musulmanes se acercan a la mezquita más veterana de Madrid, en la calle Anastasio Herrero. Este es el caso del madrileño distrito de Tetuán donde más del 24% de la población es inmigrante.
Lejos quedan los tiempos en que en Tetuán se hacía la vida en la calle, apenas sin coches, y todo se compartía y celebraba entre vecinos: las tertulias buscando el fresco nocturno al aire libre, los bautizos y comuniones en los patios… Pero con el paso del tiempo cambia el paisaje y las costumbres, y personajes que formaban parte de esta vida vecinal han desaparecido para siempre: del barreño de zinc para el baño semanal hemos pasado al jacuzzi; de la costurera a la “retoucherie”; los niños no juegan a las bolas, las tabas o el rescatado; el trapero en su carro yendo a “la busca” se ha convertido en el camión de la basura; y el sereno, la pipera o el vendedor de manzanas caramelizadas nunca volverán.
Para que todo esto no se olvide pero muy conscientes del presente, la A.V. Cuatro Caminos-Tetuán, al servicio del distrito desde hace 33 años, puso en marcha hace unos años el Proyecto Historia e Historias de Tetuán en su apuesta por la integración de los nuevos vecinos y para fomentar la convivencia intercultural e intergeneracional, con participación de vecinos “de toda la vida” y de jóvenes de aquí y de allá.
En la primera fase del proyecto se trabajó con los mayores de la Asociación Vecinal que aportaron fotos, objetos y relatos de historias de ellos o sus antepasados, creando “La Línea del tiempo”, gigantesco mural que abarca la historia de los vecinos desde 1860 hasta el inicio de este siglo.
En la segunda fase participaron los jóvenes de otros países que acuden a la Asociación donde realizaron un Taller de Convivencia y Taller de Fotografía trabajando estereotipos y prejuicios mediante teatralización y realizando un trabajo de campo tomando fotografías del distrito.
En la tercera fase del proyecto los vecinos aportaron relatos escritos sobre sus vivencias e historias. Tanto estos relatos como las fotografías tomadas por los jóvenes se han recopilado en una publicación editada por la propia Asociación en 2009 bajo el título “Historia e historias de Tetuán, el barrio contado por sus vecinas y vecinos“. Y dentro de esta última fase y como colofón a todo lo anterior el Taller de Teatro Comunitario, bajo la dirección de Jorge Cassino, teatraliza mediante unos sencillos diálogos la vida de ayer y de hoy en este distrito madrileño. Tanto los textos como el vestuario, los objetos y la caracterización son obra de las integrantes del taller, todas mujeres.
En este encuentro vecinal vivido en la Prospe hemos tenido la oportunidad de ver esta representación que nos ha ofrecido un grupo de mujeres de la A.V.C.C.T en la que han aparecido personajes de ayer y de hoy como el sereno, con su chuzo y su acento asturiano; el tio Pepe, con su artilugio de madera donde clavaba las manzanas caramelizadas que hacían las delicias de la chavalería o aquella pipera del barrio, hoy interpretada por su nieta, para pasar después a la más rabiosa actualidad en la que una mujer latinoamericana recién llegada al barrio es acogida por las vecinas, entre las que se encuentra una marroquí.
La velada terminó con un animado coloquio entre los asistentes en el que se compartió mucha ilusión y esperanza en la continuidad de los movimientos vecinales, que tanto pueden aportar a los barrios. Queremos pensar que pequeños gestos como éste, que no van a resolver los problemas de xenofobia y racismo que lamentablemente existen en algunos sectores de nuestra sociedad, pueden, sin embargo, ayudar a fomentar unas normas de convivencia y tolerancia en unos momentos en los que inevitablemente estamos abocados a convivir y entendernos, más allá de las diferencias étnico-culturales.