Navidad no es sinónimo de derroche
Las fiestas de Navidad que se han ido transformando en su significado a lo largo de los años, son ahora, de modo muy general en todos los países occidentales y algunos orientales, días de encuentros, comidas familiares y de amistad e intercambio de regalos. Las calles de las ciudades están especialmente iluminadas y decoradas con árboles y belenes.
Por influencia de Estados Unidos y desde el siglo XIX ha triunfado el aspecto más comercial de las fiestas.
Lo mejor es que cada uno las celebre como mejor le parezca sin agredir a la naturaleza. En Prospereando apostamos por unas Navidades solidarias y poco consumistas.
• Hay muchas campañas de recogida de juguetes en estas fechas, “Jugar es un derecho, no un privilegio”, es importante que los niños lo sepan y que se acostumbren a compartir sus juguetes con otros pequeños menos afortunados.
• Se pueden moderar los banquetes, el aparato digestivo anhela un poco de paz por Navidad.
• Cuidar el medio ambiente. En España se compran cada año 170.000 abetos, la mayor parte no sobrevive. Hay que regar bien al abeto y separarlo del calor, sobre todo comprarlo en lugares en los que certifiquen que no son producto de la tala indiscriminada.
• Guardar los adornos de un año para otro, reciclar papeles decorados, rechazar productos superfluos, elaborar regalos artesanos. A los niños les encanta hacer trabajos manuales.
• Favorecer iniciativas para evitar la soledad de algunas personas, como la campaña del INSERSO o la acción de la ONCE de reunir a 100 personas con deficiencia visual sin familia, para celebrar la Navidad.
• La solidaridad, consecuencia de la justicia, tendrá que hacerse visible y un modo concreto de hacerlo puede ser consumir productos de “Comercio Justo”. Da de comer a muchas familias de países en desarrollo, garantiza que los productos que se compran se han fabricado de una forma sostenible y que la materia prima que se ha empleado no contribuye al trabajo forzado de mujeres y niños.
Este año con los recortes motivados por la crisis económica, amplios sectores de la población han visto mermado su poder adquisitivo, por lo que forzosamente van a celebrar unas fiestas más austeras. Eso no es malo, todo lo contrario, nos habíamos acostumbrado a derrochar.
A pesar de todo, según los expertos, los comerciantes esperan elevar sus ventas un 8% y en cada hogar se va a gastar 668 euros, un 1,98 por ciento más que en 2010, en alimentación y 735 euros en las compras de Navidad, un 19,2 por ciento más que el año pasado.
El origen de la Navidad es muy antiguo. El cristianismo tomó de la tradición de diversas culturas: romana, germana, escandinava, mexicana e inca, la celebración del nacimiento anual del Dios Sol, Dios Nórdico o de la Guerra, coincidente con el solsticio de invierno. Señaló en esa fecha el nacimiento de Jesús de Nazaret, aunque no es un dato histórico. La Navidad se comenzó a celebrar a partir del siglo tercero. En 1607 se unieron en Norteamérica las celebraciones católicas y protestantes, desarrollándose con posterioridad las tradiciones del Belén o de Santa Claus.