«Los socialistas se hunden en Andalucía y la ultraderecha irrumpe en España», es el titular más leído en los medios de comunicación en los últimos días. Analistas, politólogos y comunicadores intentan profundizar sobre lo ocurrido en las votaciones andaluzas. Las respuestas pueden ser múltiples.
Conviene recordar que la abstención, los votos en blanco y los nulos alcanzaron casi el 50% de la población, a pesar de que tenían cinco opciones políticas. El PSOE ha hecho una campaña según los analistas, de baja intensidad. Se las prometía felices, la entrada de VOX dejaría dividida a la derecha en beneficio propio.
Nada más lejos de la realidad, aunque haya sido el partido más votado. La señora Díaz achacó el mal resultado de sus siglas a la abstención, como si ella no tuviera causa en la misma. Debería considerar los escándalos de los EREs, las alta tasas de paro entre los jóvenes, la crisis todavía sin resolver, la llegada de extranjeros, que en tiempos de incertidumbre, alcanza a personas que ven en peligro su situación y las conquistas sociales conseguidas. Sus votantes han acusado el hartazgo de una formación política que tras 37 años de gobierno no ha dado soluciones satisfactorias a su electorado. La pérdida de 400.000 votos no se explica solamente por la abstención.
Escenario parecido le ha ocurrido a Unidos- Podemos, su marca blanca Adelante Andalucía no ha conseguidos los resultados esperados, se ha dejado 300.000 votos por el camino.
¿Quien ha votado a VOX? Debemos decir que son los que están de acuerdo con su programa que entre otros tiene los siguientes puntos: Volver a un Estado centralista y devolución inmediata a dicho Estado de las competencias de Sanidad, Educación, Seguridad y Justicia. Derogación inmediata de la Ley de Memoria Histórica, de la Ley de la Violencia de Género y de la Ley de LGTBI. Considera la inmigración como una invasión y una pérdida de soberanía. Solo admiten la que pueda ser absorbida por el sistema productivo español -cuotas- Así como suprimir el arraigo para los emigrantes.
Contemplan el cierre de la TV andaluza «Canal Sur». Suspensión de la autonomía catalana, del concierto vasco, y un largo etc. Todo ello con un nacionalismo español exacerbado, no olvidemos que son las primeras votaciones después del procés catalán, y que son los que cuando las fuerzas de seguridad del estado se dirigían a Cataluña para la votación del 1 de octubre del 2017, les cantaban «a por ellos».
El PP ante la irrupción de VOX ha endurecido su discurso y en la campaña casi eran indistintos los de Casado y Abascal. También el PP ha acusado la pérdida de votantes y junto con Ciudadanos se disputan el tablero de la derecha hasta la extrema, extrema derecha, como así nombran algunos medios a VOX. Ahora toca las alianzas entre los tres partidos, porque si en algo coinciden es que el tiempo del PSOE se ha acabado en Andalucía.
Mientras la ciudadanía se pregunta la repercusión de VOX en el super domingo del 26 de mayo del 2019 y en las generales, pues su adelanto parece ya incontestable. España tiene, ahora, su partido de extrema derecha, como Hungria, Francia, Alemania, Austria aunque en algunos de estos países la derecha no pacta con la ultraderecha para no blanquearla. Ahora ¿es más Europa con la nueva VOX que chirría e indigna?.