Algunas iniciativas innovadoras para luchar contra el fracaso escolar
por Adelaida Román
Hace apenas dos meses tuve la ocasión de conocer el Proyecto LÓVA (La Ópera, un Vehículo de Aprendizaje). La sorpresa inicial dio paso al interés por conocer algo más que el enunciado: pude descubrir una nueva forma de trabajar en la escuela, y muy especialmente, una idea que coloca a los alumnos en el centro de la acción educativa, devolviéndoles el protagonismo central en el proceso de su aprendizaje.
Intentaré en esta breve nota transmitir lo esencial del proyecto y los lugares en los que está ya implantado.
En este proyecto una clase se convierte, durante un curso, en una compañía de opera, para cear desde cero una ópera o una obra breve de teatro musical. Los alumnos lo hacen todo: idean la historia, escriben el libreto, diseñan la escenografía, diseñan y confeccionan el vestuario, componen la música, crean la iluminación, diseñan y realizan la campaña de prensa, diseñan y fabrican la utilería, etc. para, a final de curso, representar la obra ante los demás alumnos, padres y profesores.
El proyecto LÓVA, mediante esta metodología, pretende el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños y niñas que participan. Hasta el momento se ha desarrollado principalmente en Primaria (a partir de 3º), pero también hay experiencias en Secundaria. El proyecto puede adaptarse a otro tipo de centros, contextos y etapas educativas.
El objetivo es educar a través de la creación, por parte de los alumnos, de una ópera. El trabajo del grupo se realiza “por especialidades”, es decir, por equipos. Así, trabarán juntos: los redactores del libreto, los compositores de la música, los diseñadores del vestuario, los maquilladores y peluqueros, los intérpretes, regidores, etc. hasta completar todos los tipos de trabajos necesarios, incluyendo el de dirección.
Este tipo de trabajo educativo, a través de la creación y montaje de una ópera, tiene la cualidad de ser enormemente integrador de una amplio número de disciplinas (se trabajan aspectos de las siguientes materias: lengua y literatura, educación artística , conocimiento del medio, educación física ,matemáticas, etc.) y se constituye en una gran reto para los alumnos, que se identifican con una tarea no impuesta, solo sugerida y cuyo desarrollo está, desde el principio, en sus manos, empezando por la tarea inicial: la ideación de la historia que se quiere contar, del argumento.
Al final de curso, los niños representarán la obra ellos solos: profesores y padres así como colaboradores adultos, se sentarán entre el público y la representación correrá enteramente a cargo de los alumnos.
En todo el proceso, los profesores habrán actuado como impulsores al principio, luego, estando discretamente a su lado, para resolver las dudas que los alumnos y alumnas les planteen y para prestar las ayudas que les sean solicitadas. El maestro, el profesor, en este proceso, dejara de estar en el centro de la escena y todo el foco estará en la “compañía” en la que la clase se habrá convertido.
Este proyecto, que cuenta con el amparo de un convenio interinstitucional firmado por el Teatro Real, la Fundación Arte Salud y los Teatros del Canal, tiene ya una historia de tres años y está implantado en los siguientes centros de la Comunidad de Madrid:
CEIP El Quijote, Villa de Vallecas
CEIP Ntra. Señora de la Victoria, de Villarejo de Salvanés
CEIP Enrique Tierno Galván, de Móstoles
CEIP Príncipe Felipe, San Sebastián de los Reyes
IES Ana María Matute, de Velilla de San Antonio
Colegio Árula, de Alalpardo
Colegio Alameda de Osuna
Colegio SEK Ciudalcampo, de San Sebastián de los Reyes
Y en otros 5 centros de otras cinco comunidades autónomas.
Para terminar, me gustaría transcribir aquí algunas opiniones de uno de los profesores que están llevando a cabo esta experiencia:
“Este proyecto libera a los profesores de la rutina. Nos enseña a colaborar, nos ayuda a reconocer nuestras emociones y a conocer las de los niños…
Se aprende haciendo. Este proyecto es también para que aprendan divirtiéndose. El respeto es una nueva forma de mirar y eso lo aprendemos aquí, juntos, alumnos y profesores.
Se dice: los niños son vasos que llenar, lámparas que encender. Es mejor que sean como árboles con raíces profundas y pájaros en sus ramas…”
Por sorprendente que pueda parecernos, esta emocionante experiencia no es única. En Paris, en el marco de un convenio firmado por el Ministerio de Educación y la Opera de Paris, mas de 1.000 alumnos de los barrios periféricos de Paris y alrededores, pasan en las aulas (34 escuelas diferentes) por una experiencia similar, durante dos cursos consecutivos, con sorprendentes resultados tanto en términos de rendimiento escolar como en la disminución de las tasas de abandono escolar. Este proyecto lleva ya 10 años en marcha y se conoce como “Diez meses de Escuela y de Ópera”
Estas dos realidades ponen de manifiesto, junto a la realidad de los problemas que hoy tiene la educación en nuestro país y en otros de nuestro entorno próximo, que van apareciendo iniciativas esperanzadoras para poder pensar que algo está ya empezando a cambiar.