Una excursión de cultura y convivencia organizada por la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad.

El descubrimiento de los pueblos de la Comunidad de Madrid es una tarea muy gratificante si a ese hecho le unimos la convivencia entre los vecinos del barrio de Prosperidad y los de Colmenar de Oreja.

A unos 50 Km. de Madrid saliendo por la nacional III y a cinco kilómetros de Chinchón se encuentra Comenar de Oreja, una de las villas más antiguas de la Comunidad de Madrid. Por allí han pasado y dejado su cultura los romanos, visigodos, árabes y cristianos. Esta diversidad histórico-cultural, las costumbres y la riqueza de esa villa captan la atención y curiosidad del visitante.

Foto del grupo ante el Ayuntamiento de Colmenar de Oreja

 Quizá la mayor originalidad de la villa de Colmenar de Oreja resida en su Plaza Mayor, construída encima de un barranco, donde en el período árabe se encontraba la Fuente del Zacatín y el cauce del arroyo del mismo nombre, donde extraían el agua subterránea por la necesidad e importancia que tenía el agua en la vida de la villa, y la dificultad de traerla desde el río Tajo, situado a 13 kilómetros.

foto del grupo en el Túnel del Zacatín

 

Ahora en su lugar está el Túnel del Zacatín, de más de setenta metros de longitud, con los ojos del Zacatín en forma de arco de medio punto. Había otras fuentes significativas como la de Los Cosecheros, La Poza (con agua de efectos purgantes) o la de La Lana donde una especial arcilla actuaba como filtro. Fué famoso su mercado de tejidos y la piedra caliza traída a Madrid para construir diversos edificios como el antiguo Palacio de Comunicaciones, hoy sede del Ayuntamiento.

Colmenar de Oreja fué la huerta de Madrid, con abundantes viñedos y olivos además del ganado ovino que constituía una de las fuentes de riqueza del pueblo. Famoso su tren, ramal del tren de Arganda, según el dicho popular “el que pita más que anda” y al que se conocía como “rompecepas” porque circulaba con tal lentitud que la gente se bajaba del tren, cogía racimos de uvas y volvía a subir.

Sus tinajas para la elaboración del vino, también famosas por su forma panzuda que enhornaban en el mes de Agosto con sarmientos ardiendo.

La iglesia de Santa María la Mayor, construída en el segundo tercio del siglo XIII y mejorada durante la segunda mitad del XVI con carácter de fortaleza exterior y forma de cruz latina que permitió realizar, a partir de uno de los brazos de la cruz, una nave salón. Conformada a través de diversos estilos, incluyendo el de Juan Herrera, la restauración finalizó en 2007 y la Unión Europea le concedió el premio Europa Nostra.

A Colmenar le fue concedido el título de ciudad en 1922 por la monarquía, que llevó a cabo varios intercambios corona-pueblo con algunas expropiaciones que favorecieron a Aranjuez.

Muy interesante resulta el Museo de Ulpiano Checa, nacido en Colmenar de Oreja, uno de los pintores europeos de finales del siglo XIX, que trabajó todos los géneros pictóricos pero que sobresalió en obras de referencia histórica. El dominio del movimiento que imprimió en esculturas y pinturas diversas, con temas ecuestres del mundo romano, inspiraron a los cineastas de Hollywood películas como Ben Hur o Quo Vadis.

El Teatro Antonio Diéguez, llamado antiguamente Teatro de la Caridad, tiene la tradición del “Cuadro artístico Colmenar de Oreja”, grupo de vecinos que se organizó en el siglo XIX cuando el edificio era aún hospital y en su patio se representaba teatro a cielo abierto por estos vecinos que donaban lo que recaudaban para beneficio del pueblo. Los corredores del antiguo hospital son hoy los palcos y los vecinos siguen haciendo la preparación de las obras aunque el teatro hoy en día es municipal y desde principios del siglo XX también sala de cine.

Foto del grupo en las Bodegas de Jesús Díaz

Y para terminar una copita de vino malvar en las Bodegas de Jesús Díaz, de producción artesanal y de solera. Un broche de oro al interesante y reconfortante recorrido por esta sugestiva villa.