Un nutrido grupo de la Asociación Valle Inclán de Prosperidad visitó el pasado 14 de septiembre el museo del Prado para contemplar “El descendimiento”, de Caravaggio que como obra invitada, prestada temporalmente por los Museos Vaticanos, se ha exhibido en el Museo del Prado hasta el pasado 18 de septiembre.

Fotografía de tres de los asistentes a la exposición

El cuadro del Descendimiento, pertenece a la época romana del autor, cuando fijó en Roma su residencia después de sucesivas temporadas de precariedad. Momento en el que le empezaron a encargar trabajos religiosos en el contexto de la contrarreforma, cuando la Iglesia católica quería mostrar su fortaleza a raíz del Concilio de Trento. La obra pictórica de Caravaggio estaba impregnada de un sentido violento de la vida: decapitaciones, martirios, asesinatos, formas explícitas de representar el dramatismo, sin idealizar a los personajes, dotándoles de un gran realismo psicológico. Todo ello suscitó frecuentes escándalos sobre todo entre los ortodoxos.
En concreto el lienzo del descendimiento no fue censurado, estaba destinado al altar mayor de la capilla que la familia Vitricce poseía en la romana iglesia de la Vallicella.
El cuadro, como era frecuente en la época barroca tenía que tener una relación con el entorno, situado un metro por encima del altar, los fieles lo primero que se encontraban al dirigir su mirada hacial el cuadro era la losa del sepulcro, que significaba la fortaleza de la Iglesia.
La obra está compuesta por cinco figuras, agrupadas en diagonal: El cuerpo de Jesús, similar al de la Piedad de Miguel Ángelo, en un haz de luminosidad, destacando un cuerpo entregado pero sereno, con cierta tensión muscular en hombros y glúteos. Sostenida su cabeza por San Juan Evangelista, que se halla detrás y las piernas por Nicodemo, que mira al espectador invitándole a participar en la escena y apoyando sus pies con firmeza en la mencionada losa del sepulcro. Detrás se encuentra la virgen, representada por una señora de edad madura, (forma nada habitual hasta entonces), que con sus brazos extendidos abraza al grupo. A su lado María Magdalena, dirigiendo su mirada al cuerpo de Jesús y al fondo María Cleofás alzando sus brazos al cielo con gran dramatismo. Todas las figuras poseen una gran luminosidad en un fondo oscuro que hace que la luz a veces resulte muy penetrante.

Caravaggio utilizaba a personas corrientes como modelos, proporcionando un impacto de gran realismo. Durante su vida, debido a la imputación de un supuesto asesinato tuvo que huir de Roma, padeció el exilio durante años y cuando volvió, para ser indultado, falleció víctima de fiebres antes de entrar en la ciudad eterna.
Michel Ángelo Marisi da Caravaggio (Milan, septiembre 1571-Porto Ërcole, julio 1610), es el primer gran exponente de la pintura del Barroco.
En el Museo del Prado se puede admirar junto a “El Descendimiento” el lienzo, “David con la cabeza de Goliat”, también de Caravaggio, haciéndonos entrar a través de estas magníficas obras en una experimentación de la figura del autor difícil de definir con palabras.