Las mujeres votaron por primera vez en España en las elecciones generales al Congreso del año 1933, durante la II República.
La Constitución republicana reconocía en el Art. 2 que “todos los españoles somos iguales ante la ley”, y en el Art. 36 que “los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de 23 años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes” e incluso el Art. 53 reconocía el derecho a ser elegidas como diputadas pero, contradictoriamente a su espíritu, la ley electoral excluía a las mujeres en el derecho a votar.
Al convocarse las elecciones al Congreso para el 19 de noviembre de 1933, las segundas elecciones de la República, se abrió un duro y brillante debate a favor y en contra de la concesión del derecho al voto de las mujeres. Las figuras más relevantes del debate fueron Clara Campoamor, del Partido Radical, a favor del voto, y Victoria Kent en contra.
Los partidos de izquierda del Congreso eran proclives al voto de la mujer, solo la derecha era reticente a dar este paso en la línea de la emancipación de las mujeres pero la cuestión se complicaba por un tema de mayorías electorales.
La izquierda consideraba que las mujeres estaban muy influidas por la postura de la Iglesia, radicalmente en contra de los partidos de izquierdas que impulsaba el apoyo a la CEDA, el partido de Gil Robles. Temían que darles el derecho a votar era perder las elecciones. Esta fue la razón de la dureza del debate.
Clara Campoamor defendía que el derecho al voto de las mujeres era inalienable y que había que concederlo cualquiera que fuera la repercusión en el voto. Clara hizo la defensa con gran brillantez frente a Victoria Kent que también fue brillante.
El resultado de la votación fue la aprobación del derecho de las mujeres por estrecho margen. Apoyaron a Campoamor un sector de la derecha, la mayoría del PSOE y algunos republicanos.
Las elecciones del 19 de noviembre dieron la mayoría a la CEDA y al Partido Radical de Alejandro Lerroux que formó Gobierno. Era un político de confuso pasado que terminó con escándalos financieros. Este nuevo Gobierno, de trayectoria turbulenta, significó un retroceso considerable respecto a los notables avances logrados en el primer Gobierno de la República.
Las elecciones del 33 han sido motivo de muchos debates pero suele olvidarse que, además de la influencia del voto de las mujeres en apoyo a la derecha, que quizá se exagera, hubo otro factor muy importante que no suele mencionarse, la abstención de los anarquistas, de la CNT, una organización sindical de gran implantación.
Recuérdese que en las elecciones del 36 ganó el Frente Popular en una situación de gran enfrentamiento de la derecha y de la Iglesia contra la izquierda y que también votaron las mujeres en aquellas elecciones, además de los anarquistas.