La obra de uno de los máximos representantes del surrealismo llena de fantasía, sueños y colores, en especial los diferentes tonos de azul, se puede admirar hasta el 20 de mayo en el Museo Thyssen-Bornemistza y en la Fundación Caja Madrid. La primera retrospectiva de la obra de Marc Chagall que se hace en España del artista bielorruso que vivió en Francia, España y Estados Unidos.
En las salas del museo Thyssen se exponen trabajos de los primeros años del artista y de su etapa de París, mientras que la Fundación Caja Madrid se centra en su período americano y su posterior evolución artística, incluyendo algunas esculturas e ilustraciones de libros.
Nacido en Bielorrusia en 1887 y fallecido en Francia en 1985, las inquietudes artísticas de Chagall le llevaron a París donde alcanzó su madurez profesional. Participó en la Revolución rusa de 1917 y fue nombrado Comisario de Arte para la región de Vitebsk, donde fundó una escuela de arte. Pero el sistema soviético exigía vincular el compromiso político a la obra artística y era demasiado estricto para la imaginación y el espíritu vanguardista de Chagall. Aunque su obra siempre estuvo ligada a su Vitebsk natal, que recordó desde la lejanía. El artista mira el mundo a través de un cierto velo infantil en una interpretación espiritual de la realidad.
Sus cuadros están conectados con diferentes corrientes del arte moderno. Formó parte de las tendencias parisinas que procedieron de la primera guerra mundial. Sin embargo, su obra se queda siempre en los límites de estos movimientos emergentes, incluyendo el cubismo y el faubismo. Estuvo muy conectado con la Escuela de París y sus exponentes, como Amadeo Modigliani.
Marc Chagall se inspiró en las costumbres de la vida de Bielorrusia e interpretó muchos temas bíblicos, reflejando así su herencia judía. En sus obras abundan referencias a su niñez. Sus trabajos comunican felicidad y optimismo a aquellos que lo observan mediante intensos y vívidos colores.
Estuvo dos veces en la Costa Brava. En el Museo Municipal de Tossa de Mar está la célebre obra “El violinista celeste”.
Aunque ignorado en un principio, cuenta ahora con una relevante presencia en España, además de la pintura en Tossa de Mar, hay otros dos bodegones de flores en Madrid, en el Palacio de Liria y en Galicia en la Colección de Nova Caixa Galicia. Una buena parte de su obra se puede admirar hasta el 20 de mayo en la exposición del Museo Thyssen-Bornemistza en Madrid y en las salas de exposiciones de la Fundación Caja Madrid.