Los recuerdos, asociados a algunos refranes aprendidos en muchos casos en la infancia, en el medio familiar o en el social, a veces en el pueblo y en alguna ocasión más excepcional al aprender ya de mayor el idioma español, fueron la temática del Taller de Refranes que impartió María del Carmen Ugarte en la Asociación Valle-Inclán.
Muchos aspectos se analizaron desde la experiencia de cada participante, que vino a confirmar un mosaico de distintas sensibilidades, ópticas, sentimientos, valor de la tradición y la influencia de diferentes entornos. Se compartieron sentencias o dichos populares que enseñan o aconsejan algo.
Los refranes son dichos basados en la sabiduría popular, en la experiencia, en la observación, referidos casi siempre a la vida cotidiana, siendo su temática muy amplia.
Durante la sesión, cada persona iba relatando algún refrán significativo para ella, explicando como había sido su adquisición, el uso que le ha ido dando a lo largo de su vida e incluso modificaciones originales de algunos refranes.
He aquí algunos ejemplos que se dieron: “El que no llora no mama”, “Solo me falta que me parta un rayo”, “De ilusión también se vive”, “Pasa más hambre que el perro de un ciego”, reafirmando o aclarando aspectos de aprendizaje o trucándolos como : “A perro ladrador con pocas palabras bastan”, “Ojos que no ven corazón que no llora”, “Cuando toca, riegas”, “De ausencia también se vive” parodiando a ”De ilusión también se vive”, etc. Expresiones como “consultar la almohada”, “sacar leche de una alcuza”, o refranes como “el buey suelto bien se lame”, “el que quiera peces que se moje los pies”, “al pan pan y al vino vino”, o dar la vuelta a algún refrán como “corazón que siente ojos que ven” se vieron desde ángulos muy diversos y motivaron un debate y trasvase de sabiduría popular.