Arranca el recorrido en la plaza de Santa Bárbara, donde con anterioridad había un Convento de Carmelitas y estuvo ubicada la Real Fábrica de tapices, que en la actualidad está en la calle Fuenterrabía y el Portillo de Santa Bárbara en una de las murallas que rodeaba a Madrid. En tiempos eran arrabales y allí estuvo también el saladero de cerdos que pasó a ser la cárcel de la “villa y corte”. Esta cárcel la trasladaron al lugar donde se encuentra el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde hubo una epidemia de tifus en la época del cura Merino y Luis Candelas. Otro posterior traslado la llevó hasta el lugar donde en la actualidad se encuentra el Ministerio del Aire.
En la mitad de la Plaza de Santa Bárbara hubo un templete de piedra, hoy desaparecido, y al fondo a la derecha, un palacio neobarroco, mandado construir por el Conde de Guevara a principios del siglo XX. Al ser confiscado en 1939, pasó a ser Instituto de Crédito y actualmente es sede del BBVA.
Se divisa también el Palacio del Marqués de Quintanar, de estilo neoclásico, con dos palacios colindantes del Conde de Villagonzalo, uno de ellos el de Uztariz, neoclásico del siglo XVIII. En el siglo XIX uno de los palacios fue demolido a excepción de las caballerizas que eran del XVIII. El arquitecto Madrazo construyó en ese lugar un nuevo palacio.
Bajando a la calle Mejía Lequerica se encuentra de frente un edificio del modernismo austriaco con una gran fachada adornada con lagartos y solo 5 metros de fondo. A la derecha otro edificio restaurado de Mendoza y Usía con visibles cerámicas de Talavera que fue para la Papelera y ahora es un hotel NH. A su lado un gran castaño de indias y allí, en el pasado, hubo una vaquería y una comisaría. Junto a esto la primera iglesia protestante anglicana en Madrid de 1914. En la parte subterránea las ruinas del antiguo cuartel o viajes de agua de la alcucilla.
Al inicio de la calle San Mateo se encuentra la asociación para la enseñanza de la mujer, de finales del siglo XIX, hoy fundación de Castro AEM. Un poco más adelante, en la misma calle se encuentra el Museo del Romanticismo, fundado por el Marqués de la Vega con tres patios interiores. Ya en la calle Fernando VI se pasa por el pub Santa Bárbara, lugar de encuentro de demócratas, famoso en la transición y a pocos metros el Palacio de Longoria, primero Centro Financiero, luego Centro de Dentistas y actualmente sede de la Sociedad General de Autores. Es obra de Grasces, discípulo de Gaudí, de art decó con abundantes florones y girasoles.
Tomando después las calles Pelayo y Belén, se topa con la iglesia de los Góngoras, de Francisco de Góngora, estilo barroco-madrileño, a quien se lo encargó Felipe II para los trinitarios, sencilla por fuera y con riqueza interior, realizada por Manuel de Alonso y retocada por Manuel de Vallina, con dos palmeras en el patio, típicas de los indianos.
En la calle Luis de Góngora se visitó “el cachito de cielo” de las misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. Toda esta zona corresponde al Barrio de las Forjas, llamado así por existir allí diversas armerías y en la calle Barquillo se visitó la casa de “tócame roque” del sainete de la Petra y la Juana, de Ramón de la Cruz.
Para finalizar una pequeña parada en la Iglesia de Santa Bárbara, en la plaza de las Salesas, mandada construir por Bárbara de Braganza, que tiene en sus aledaños un precioso ginkgo biloba.