Los vecinos de la Prospe, con la Asociación Valle-Inclán reanudan los Paseos por Madrid, después del verano.
Comienza el recorrido en la actual Glorieta de San Bernardo, lugar dónde originalmente estuvo ubicada la Puerta de Font-Carral, una de las cuatro puertas de la ciudad, cercana a la de Bilbao o de las Nieves. Entre ambas puertas discurría la Ronda de Areneros, que marcaba uno de los límites de Madrid. En ésta zona, extramuros, existió un quemadero de la Inquisición y con posterioridad se construyó el Hospital de la Princesa. En la actualidad existe una gran manzana con viviendas de militares de aspecto fortificado.
Bajando desde la Glorieta por la calle de San Bernardo, se halla el Palacio de Monteleón, lugar de resistencia popular a los militares durante el alzamiento del 2 de Mayo. Frente a él estuvieron los Depósitos de Agua y allí se inauguró el Canal de Isabel II, con la salida de un enorme chorro de agua durante el acto.
En la acera de la derecha se alza la Iglesia de Montserrat, lugar en donde se instalaron los monjes que residían en Montserrat, al exiliarse durante el motín de Cataluña, en la época de Felipe IV. Inicialmente obra de Sebastián Herrera y posteriormente terminada y redecorada la fachada por Pedro Ribera. Tiene una sola torre, ya que la segunda no pudo construirse. En el interior se encuentra un Cristo, presente en la obra “Miau” de Benito Pérez Galdós, que al parecer le impactó de tal modo que constituyó el motivo de un sueño. Esta iglesia fue durante un tiempo cárcel de mujeres, La Galera, salón de baile durante la Guerra Civil, y lugar en el que tenía el despacho Pasionaria.
Enfrente se encuentra el Convento de las Salesas Nuevas, construcción del siglo XIX, paraninfo de la Universidad durante algunos años hasta que se trasladó a los terrenos del Noviciado. Al lado está el Instituto Lope de Vega que con anterioridad fue la Escuela Normal.
Avanzando se puede ver una casa de estilo neoplateresco con elementos de cerámica, es la Casa Arguedas. Unos pasos más adelante se encuentra el Palacio de Antonio Barradas, obra de Silvestre Pérez, 1.799, de estilo neoclásico. Este edificio es hoy día residencia universitaria.
Siguiendo la calle está el Palacio de la Duquesa de Parcent, con portada barroca y hermosos jardines en el interior, fue Centro de Música y grandes fiestas madrileñas; actualmente pertenece al Ministerio de Justicia.
Entrando por Noviciado se encuentra una Iglesia Evangélica, actual sede de CEAR ( Comisión Española de Ayuda al Refugiado), con un Centro de Acogida para personas subsaharianas.
De nuevo en la calle San Bernardo se pasa por el edificio de la que fue Universidad Central, la Iglesia del noviciado de los Jesuitas y se visualiza el Palacio Bauer, construido en el siglo XVII, de estilo barroco y adquirido en el siglo XIX por el banquero Bauer, representante de Rothschild en España, que le dio su nombre. En su tiempo fue un famoso Centro Cultural. El Palacio lo redecoró en el siglo XIX, Arturo Mélida y actualmente alberga en su interior parte del Conservatorio y la Escuela de Canto de Madrid de principios del XIX, de aspecto muy sólido. Hoy sede principal del Ministerio de Justicia.
Llegando a la calle del Pez, un pequeño paseo para recordar que su nombre se remonta al siglo XVII, que según la leyenda se acuñó debido a una pecera o estanque, con dos peces, que al secarse murieron, cuando su dueña, doña Blanca ingresó en el Convento de San Plácido, en la misma calle, en la que su padre mandó esculpir dos peces en el dintel de la casa.
Cerca se ve el Patio de Maravillas una de las casas okupadas, autogestionada y lugar de reunión de distintos colectivos socioculturales.
Entrando en la calle Jesús del Valle, una rápida mirada al Palacio Residencia de Esperanza Aguirre, conectado con el Palacio de Bornos, que se encuentra en la calle del Pez y en la de los Reyes se encuentra el Instituto Cardenal Cisneros, obra de Francisco Jareño de finales del XIX. En la calle Antonio Grilo hay un solar, de actual relevancia, por ser espacio de encuentro de distintas asociaciones y movimientos reivindicativos. Antes de llegar a la Gran Vía está el Palacio Arguela, que inicialmente fue el primer convento de la Orden Bernarda en Madrid y luego Hospital de Afligidos de San Bernardo.
En la calle Flor Alta se halla el Palacio de Altamira, obra de Ventura Rodríguez y al fondo la famosa calle Libreros, antigua calle Ceste, cerrándose así el recorrido serpenteante de la llamada calle Ancha de San Bernardo, que actualmente resulta estrecha.
Como se ha podido apreciar llena de palacios, que alternan con los más variados comercios, algunos muy antiguos como la farmacia Deleuze Isasi, de la época de Carlos III y que destaca por su decoración barroca con los tradicionales tarros de botica de la Real Fábrica del Buen Retiro y la Taberna de la Copla de 1.912, así como la Librería Fuentetaja.