Las calles del Barrio de las Letras siguen teniendo el antiguo trazado de la zona y su nombre le viene de haber sido el lugar donde se ha dado la mayor concentración de escritores de toda la historia.
El siglo XVII fue el siglo de Oro de las artes y las letras españolas, toda la vida artística y literaria se centra en Madrid. En este barrio vivieron numerosos autores, unos desde su nacimiento (Lope, Quevedo, Calderón o Tirso de Molina) y otros venidos de fuera (Cervantes, Góngora, Baltasar Gracián o Ruiz de Alarcón).
Todos ellos estuvieron estrechamente ligados al Barrio de una forma y otra, ya que fue y es característico por sus corrales de Comedias, por los teatros situados en esta zona, por ser el lugar en el que se localizaba el Mentidero de los representantes de los diferentes artistas y empresarios teatrales y por sus tertulias en los cafés literarios (que aparecerían posteriormente) y porque allí se encontraba la imprenta que publicó el Quijote (propiedad de Juan de la Cuesta, en la calle Atocha, 78).
Existían también numerosos conventos y hospitales que desaparecieron en el siglo XIX por las desamortizaciones de Mendizábal y cuyo lugar lo ocupan en la actualidad edificios y plazas.
La calle de Huertas va desde la Plaza del Ángel hasta la Plaza de Platerías Martínez (por haber estado situada en su momento la Real Fábrica de Platería). Son múltiples las hipótesis sobre la procedencia del nombre de esta calle y son muchos los historiadores que afirman que lo recibe por las huertas que crecían en dicha calle y que pertenecían al Marqués de Castañeda y más tarde a los frailes del Convento de San Jerónimo.
El libro “Los porqués de Madrid” (de María Isabel Gea Ortigas) comenta que en el siglo XVII la calle Huertas contaba con las llamadas casas de lenocinio y eran tan conocidas que se popularizaron dos refranes haciendo referencia a la calle: "En Huertas una puta en cada puerta" o este otro "Calle de las Huertas más putas que puertas".
PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN – Arquitecto: Antonio Sillero (1554 – 1693).
Conocida por albergar los restos mortales de Lope de Vega y por los personajes célebres que se contaron entre sus feligreses. En la entrada de la iglesia hay una placa en la que se relaciona gran cantidad de personajes desde presidentes del gobierno como Sagasta a bandoleros como Luis Candelas.
Como dato curioso esta iglesia, junto con la de San Luis (ya desaparecida) conservaba el derecho de asilo (se podían refugiar en ellas quienes temían la persecución de la justicia). En la trasera contaba con un pequeño cementerio donde sería enterrado, entre otros, Lope de Vega en el año 1.635. (en su lugar existe una floristería que esta adjunta a la iglesia).
CASERÓN CASTELLANO en la Calle Atocha
En el número 23 destaca un edificio que fue construido como caserón de vecindario en el Siglo XVIII por el arquitecto Juan de Villanueva. Actualmente es un hotel. Merece la pena entrar en su interior para poder ver su patio acristalado, así como su escalera de madera con estucos neoclásicos y una escultura de león.
PALACIO DEL CONDE DE TEPA
Sus fachadas dan a las calles de San Sebastián (frente a la parroquia), Atocha y Plaza del Ángel, construido entre 1792-1808 por Jorge Durán, Juan de Villanueva colaboró en el diseño de las fachadas exteriores y de las trazas estructurales. Es de estilo neoclásico y fue la vivienda de Francisco Leandro de Viana, Conde de Tepa.
Actualmente es un hotel de lujo. Durante las obras de restauración se encontraron los restos del Viaje de Agua de la Castellana (conducciones subterráneas de la época de los árabes que canalizaban el agua de los manantiales procedentes de la Sierra de Madrid). Estos conductos abastecían de agua a 11 fuentes públicas, con 147 aguadores y a 85 fuentes particulares. Se han conservado estos restos bajo un suelo acristalado. Se pueden visitar. Hay paneles informativos muy detallados.
PLAZA DE SANTA ANA
La plaza de Santa Ana, consiguió su actual aspecto tras la decisión de José I de derribar el monasterio Real de Santa Ana de Carmelitas Descalzas -que había sido fundado por San Juan de la Cruz en el año 1586-, y la manzana de casas de San Felipe Neri, creando el entorno adecuado para las construcciones modernas, ya que el espacio urbano quedó casi como el actual.
En el extremo oriental de la plaza está la estatua del poeta Federico García Lorca y, frente a él, podemos admirar la fachada neoclásica del Teatro Español. Al lado opuesto, al fondo de la plaza se erige la estatua de Calderón de la Barca y justo detrás, el Gran Hotel Reina Victoria.
Este hotel, de estilo art decó con toques modernistas, obra del arquitecto Jesús Carrasco Muñoz (construido entre 1919-1923 sobre lo que antes era el palacio de los Duques de Montijo), albergaba en la planta baja los famosos Almacenes Simeón. Asiduo a este hotel era Manolete, que siempre reservaba la misma habitación: 220.
El TEATRO ESPAÑOL ocupa un lugar importante en la plaza. A finales del siglo XVI aparecen los primeros corrales de comedias donde se llevaban a cabo las obras teatrales. Los corrales más famosos de Madrid y que se encuentran en el barrio que nos ocupa fueron los situados en las calles del Príncipe y de la Cruz. El corral de la Cruz, estaba situado en la confluencia de las calles de la Cruz y Núñez de Arce. Era el preferido por el rey Felipe IV y por su primera esposa y fue el lugar en el que más le gustaba representar sus obras a Lope de Vega.
Como anécdota: en la calle del Prado, entre los números 1 y 3, existe una pequeña puerta gris que da acceso a un pasadizo secreto. En realidad se trata de una servidumbre de paso al Teatro Español, de cuando era corral de comedias, que permitía el paso de las damas a su «cazuela» y que más tarde fue utilizado por Godoy para asistir discretamente a la sala.
En el número 15 de la Plaza, merece la pena detenerse en la fachada del Tablao Villa Rosa. Data del año 1911, obra del maestro sevillano Alfonso Romero Mesa. Está formada por cuadros y relieves de cerámica representando distintos lugares de España.
Y llegamos a la calle de ÁLVAREZ GATO (calle del Gato o callejón del Gato), sitio especial para los madrileños y no muy conocido. El origen del nombre de esta pequeña calle puede estar relacionado con dos historias o leyendas:
La primera dice que el nombre de la calle proviene de Juan Álvarez Gato, mayordomo de Isabel la Católica que tenía allí su vivienda. Uno de sus antepasados participó en la conquista del Alcázar de Madrid y, según se cuenta, en Mayo de 1085 las tropas del rey Alfonso VI intentan ocupar Magerit llegando a la puerta de la Vega de una forma cautelosa para conquistarla. De repente uno de los soldados se separó del pelotón y trepó por la muralla hincando la daga por las juntas de la piedra. Como lo hizo de una forma rápida y ágil todos decían que parecía un gato. Cuando comenzó la lucha este voluntario ya había subido arriba, llegó al torreón de la fortaleza y cambió la bandera mora por la cristiana. En memoria de esta hazaña, desde ese momento él y todos sus descendientes cambiarían el nombre por el de gato. Desde entonces a todos los nacidos en Madrid se les llama “gatos”.
La segunda historia o leyenda, más fantástica, afirma que en esta calle estuvo hace muchos años un coto de caza, donde se cogió un gran gato montés con cuya piel se hicieron unas botas para el Gran Capitán, regaladas por el Cardenal Cisneros.
Esta calle, además, es famosa porque fue retratada en la famosa novela de D. Ramón María del Valle-Inclán, “Luces de Bohemia“. En ella se usa esta calle y los espejos de un café de la misma (Café Colón) para explicar el tan representativo esperpento valleinclanesco en la conversación que mantienen Max Estrella y Don Latino.
IGLESIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA (C/ Príncipe 31).
Está construida sobre el solar que ocupó el antiguo Colegio de Ingleses, fundado por César Bogacio en 1611 y fue el tercer edificio que la Compañía de Jesús estableció en Madrid.
PALACIO DE SANTOÑA (C/ Príncipe, 28 esq. Las Huertas).
Propiedad inicial de Ruy López de Vega, tiene la peculiaridad de ser donde habitó el príncipe de Marruecos Mulay Xeque, conocido como el príncipe negro y que después de bautizado se llamó Felipe de África. Fue amigo de Lope de Vega y le dedicó un soneto.
PLAZA DE MATUTE
Aunque pequeña, reúne bastante historia: en ella se reunía “el mentidero de representantes” (representantes de los autores), en ella vivió José Zorrilla y aquí estuvo la primera redacción e imprenta de El Imparcial (en el nº 5).
A destacar en el nº 10 la Casa de Pérez Villamil. construida en 1906 por Eduardo Reynals, es un bello ejemplo del estilo modernista-corriente art noveau.
CALLE ECHEGARAY
Puesta en honor de José de Echegaray. Gran matemático y escritor teatral; político, académico y primer Premio Nóbel español. Destacó en su tiempo por sus controversias con Jacinto Benavente.
CALLE LEÓN (anteriormente llamada calle del Mentidero).
En la Calle del León dicen que se estableció un indio que poseía un león y que lo exhibía por dos maravedíes.
En relación con la calle y como curiosidad señalo los distintos cambios de domicilio que tuvo Miguel de Cervantes en este barrio:
Cuando llegó a Madrid se estableció con su familia en el barrio de Atocha. En 1609 se mudó a la calle de la Magdalena y después a la calle del León. De allí, en 1612 se trasladó a la calle de las Huertas y después a la plazuela de Matute para finalmente ir a vivir otra vez a la calle del León, a una casa que hacía esquina con la calle de Francos. Todas estas calles conformaban lo que llegó a conocerse como barrio de las Musas. Murió Cervantes en esta última casa de la calle del León esquina con Francos, en la manzana 228.
El idilio de la calle del León con la literatura no termina aquí y es que en el número 27 nació todo un Premio Nóbel como Jacinto Benavente.
En Huertas nº 26, casi esquina con la calle León se encontraba la Asociación General de Ganaderos, continuación del “Honrado Concejo de la Mesta”. Como anécdota: los que pertenecían a esta asociación estaban exentos de cumplir el servicio militar.
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA, Calle León 21 esq. a Huertas.
Este edificio de estilo neoclásico se construye por Juan de Villanueva en 1789 para albergar la “Casa del Nuevo Rezado” con el fin de servir como depósito de los libros de rezo diario. Desde 1871 es la sede de la Real Academia de la Historia, fue declarado Monumento Nacional en 1945.
CALLE DE QUEVEDO
En esta calle vivió Francisco de Quevedo. Nació en 1580 y murió en 1645. Su facilidad para escribir versos le lleva al primer plano de la actualidad madrileña, especialmente conocido por su inclinación a lo satírico y las letrillas burlescas. Se opuso al Conde Duque de Olivares en bastantes versos, por lo que fue encarcelado en el calabozo de San Marcos (León).
Convento de San Ildefonso de Trinitarias Descalzas: C/ Lope de Vega, 18, c/v Costanilla de las Trinitarias, c/v Calle de las Huertas.
De estilo barroco madrileño, el edificio actual se construyo sobre el 1673 por el arquitecto Marcos López. Es sencillo y austero. Convento de clausura. En este convento profesaron las hijas naturales de Cervantes y Lope de Vega. También fueron los monjes trinitarios los que pagaron el rescate por Cervantes cuanto estuvo preso en Argel, por lo tenía en gran aprecio a este convento.
Una visita imprescindible es la de la Casa-Museo de Lope de Vega, donde vivió el autor de 1610 a 1635. Se encuentra en el nº 11 de la calle Cervantes y se hace con cita previa al 91-429.92.16.