La mayoría de los árboles de nuestro Distrito son olmos, acacias y plátanos. En alguna calle hay moreras, muy codiciadas por los niños que crían gusanos de seda, y poco más.
En la mediana de algún tramo de la calle Príncipe de Vergara hay una hilera de Ginkgos Biloba, un árbol singular y poco frecuente. Hay ejemplares espléndidos, de muchos años, en la plaza de la Lealtad junto a Neptuno y en alguno de los parquecitos del Distrito.
Se plantaban ejemplares de árboles exóticos traídos por las expediciones científicas a América y otros lugares en el actual paseo del Prado, antes de existir el Jardín Botánico.
El Ginkgo Biloba es un fósil viviente, es un árbol de una antigüedad sorprendente, claramente emparentado con fósiles del Pérmico (Paleozoico), hace unos 270 millones de años.
Es originario de China y se ha extendido por Corea, Estados Unidos, el cono sur de América y otros países.
En su desarrollo puede alcanzar hasta unos 30 metros de altura, tiene una vida muy prolongada. Es de hoja caduca (caducifolio). Resiste muy bien la contaminación atmosférica ocasionada por los coches.
Se le atribuyen propiedades farmacológicas y se ha empleado desde hace muchos siglos en la medicina tradicional china. De sus hojas se obtiene un extracto de flavonoide que mejora la circulación sanguínea, pero siempre es aconsejable una consulta médica antes de automedicarse.
Botánicamente es una gimnosperma, es decir, produce semillas sin fruto, como las coníferas, los pinos, que dan piñones. (Las angiospermas dan fruto, como las manzanas.)
Es dioica, hay árboles macho y árboles hembra, como las palmeras, que unas dan dátiles y otras no. Se poliniza por la acción del viento que arrastra el polen de los árboles macho a los árboles hembra.