La Soledad de los Mayores
Prospereando | 10/02/14 | sociedad

Uno de los problemas de las ciudades es la soledad de muchas personas, especialmente de los mayores. En los pueblos pequeños la relación entre los vecinos es muy cercana, muchas veces han sido amigos desde la infancia.

En nuestro Distrito hay alrededor de un 22 % de personas mayores de 65 años, muchas con más de 80 años, en su mayoría viudas, que viven solas con una reducida pensión de viudedad en una casa llena de recuerdos pero con pocas comodidades. A menudo los hijos residen en las poblaciones de la periferia de Madrid porque los precios prohibitivos de las viviendas del Distrito les ha obligado a ir lejos. Este distanciamiento dificulta mantener una relación fluida.

Con los años se van incrementando las limitaciones físicas y, además, se pierde el ánimo, la ilusión para relacionarse. Muchas pasan días encerradas en sus casas sin hablar con nadie. Las limitaciones físicas de no pocas les impide salir, no lo hacen nunca.

He mencionado como uno de los motivos para no salir la falta de ánimo. Con los años se pierde la ilusión, interesan pocas cosas y falta el empuje para arreglarse. Hay una tendencia a encerrarse en los problemas de la salud, en los hijos y nietos, en la comida de cada día y poco más.

Los Servicios Sociales de la Junta Municipal tendrían que ser muy perceptivos a esta situación, hacer un seguimiento de las personas que tienen problemas y prestar un Servicio domiciliario eficaz.

Son muy meritorios los equipos de voluntarios que visitan periódicamente a las personas que no pueden salir de casa, aportan una ayuda y una relación afectiva. Es muy importante para las personas que no pueden moverse de casa.

La Asociación, nuestra Asociación, puede prestar un apoyo muy valioso porque ofrece una motivación para salir, para encontrar a otros vecinos y charlar y, además, asistir a conferencias muy interesantes con temas que rompen el aislamiento en el que se encuentran.

Vivimos en una sociedad encerrada en sí misma, muy egoísta, que solo valora la juventud cuando está pletórica, valora al triunfador y la vejez no cuenta.