por Maribel Rodríguez Gorostiza
Con este lema y convocada por la Plataforma en Defensa de la Cultura de Madrid, se ha celebrado una manifestación-concentración, en el Paseo de Recoletos, en la mañana soleada del domingo.
Todos los carriles centrales estaban ocupados por diferentes espacios musicales, artes plásticas, simbólicas bibliotecas, circo, guiñol, etc. y en cada espacio, con su tarima o alfombra roja correspondiente, multitud de ciudadanos/as, siguiendo los ritmos, aplaudiendo, coreando y en definitiva participando y disfrutando.
Junto a la plaza de Colón actuaba una orquesta que interpretaba música barroca, a su lado, a una prudente distancia, el grupo de batería Salvamas. Alrededor chicos y chicas lucían camisetas amarillas con el lema “Las bibliotecas no son gasto, son inversión”. Más adelante estaba la Asociación de Músicos de Madrid, con trompetistas tocando música de Jazz.
Frente al famoso café Gijón, un grupo recreaba piezas de música caribeña y efectuaban sus reivindicaciones; junto a la Asociación Madrileña de Escuelas de Música moderna estaba expuesto el Proyecto Bubisher, bibliotecas y bibliobus para los Campamentos de refugiados Saharauis.
La Plataforma “La tortura no es Cultura”, recogía firmas contra las actividades que impliquen el maltrato o explotación de animales, como algunos circos y las corridas de toros.
Siguiendo la ruta, había un grupo Musical de Vallecas y tras él una artística pancarta. A su lado Amamy-dan, Asociación Madrileña de alumnos de Música y Danza, que visibilizaban mediante otra pancarta blanca y morada, la reivindicación de la educación musical, pública y de calidad, para todos.
Niños, realizando pequeñas obras clásicas, poesía, y expresión libre, pidiendo el fomento de lo cultural y artístico.
La Cultura no calla, la Cultura toma la Ciudad, se hizo realidad.
En las camisetas rojas, que muchos llevaban representando a la Marea Roja, se leía: “Todos somos Cultura: gentes del teatro, música, cine, danza, circo, magos, diseñadores, artistas plásticos, escritores, bibliotecarios, gente de museos y patrimonio, enseñanzas artísticas, asociaciones de ciudadanía y barrios”.
Finalmente, acompañados por batucadas y charangas se llegó delante de la Puerta de Alcalá, dónde un enorme coro, formado por varias agrupaciones corales y la orquesta de Ciudad Real, bajo la dirección de Miguel Sanz, interpretaron “Todos somos música”, seguido de un Manifiesto, al que dieron lectura Miguel Ríos y María Ádanez, en el que se afirmaba que la cultura es patrimonio común de toda la humanidad.
Se aludió a la Constitución en la que se asegura que corresponde a los poderes públicos facilitar la participación de los ciudadanos en la vida cultural. Recalcando que los bienes culturales no deben ser considerados sólo como consumo, sino que encarnan valores, sentimientos e ideales.
No a la privatización de los espacios culturales de uso público. Se pedía la reducción del IVA cultural, que con su subida reciente está paralizando las actividades culturales y haciéndolas inaccesibles a una gran parte de la ciudadanía. Proponen la celebración de un congreso de la Cultura, Patrimonio y Espectáculo, donde se elabore un libro blanco sobre la Cultura. Sin Cultura, no hay futuro ni dignidad.
Los miles y miles de ciudadanos allí reunidos, pidieron la dimisión del ministro Wert.
Finalizó el acto con la gran coral, cantando el Coro de los esclavos de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, acompañados con emoción por muchas personas allí presentes.