En una mañana, soleada pero con nubes al estilo velazqueño, un grupo de vecinas y vecinos de Prosperidad, iniciaron su último
recorrido por Madrid, hasta octubre que se reanudaran, con el guía inestimable que nos ha acompañado todo el curso. Esta vez el Paseo comenzó al principio del parque del Oeste que en el siglo XIX, era un terreno extramuros y estaba limitado por la verja que había a la altura de la calle Princesa.
Ya en 1.870 se estableció detrás del actual Ministerio del Ejército, la Cárcel Modelo, llamada así por ajustarse a la reforma penitenciaria iniciada en esos años, aunque no tardó en recibir duras reclamaciones. Sustituyó a la del Saladero, de Ventura Rodríguez, situada en Alonso Martínez, cárcel en pésimas condiciones y de la que era fácil huir, entre otros el legendario Luis Candelas.
Detrás del Ministerio del Aire estaba la Plaza de la Justicia, en dónde eran ajusticiados los reos.
En la actual Residencia de Profesores y Rectorado de la Universidad, estaba el Asilo de San Bernardino, construido, aprovechando la desamortización, en el antiguo Monasterio de San Pedro de Alcántara. El asilo, hermanado con el Hospicio de Fuencarral, se habilitó para 1000 mendigos, con la introducción de talleres de oficios. Fue el primer paso para el Colegio de La Paloma, en Francos Rodrígues, inagurado como colegio reformatorio.
En los terrenos, del actual Parque del oeste, que como se dijo antes era una escombrera de Madrid, el alcalde, Alberto Aguilera, decide hacer un Parque de estilo inglés y se lo encarga a Celedonio Rodríguez, inaugurado en 1907, se extiende desde el Paseo de Moret al de Séneca, siendo el primer parque público de Madrid.
Al comienzo hay una estatua al general Manuel Cassola, de Benlliure. Bastante hierática, y en la que el general, en vez de la espada tradicional, porta un rollo de papel, significando el poder legislativo que ejerció. Proliferan por el parque distintas estatuas dedicadas a próceres latino americanos, como Simón Bolívar o José Gervasio Artigas, copia de la que existe en Santiago de Chile y donada por la embajada de Uruguay
También se observa, muy al principio, un ejemplar magnífico de un Gingko biloba, procedente de China central, y que cuenta la leyenda como uno de ellos, arrasado por la bomba de Hiroshima, empezó a reverdecer un año después. Se utiliza terapéuticamente en la medicina tradicional china.
Avanzando por el paseo, está el monumento al Dr. Federico Rubio y Gali de Miguel Blay y Fábregas. Médico, cirujano y político, fue erigida en 1.904, por suscripción popular. Destaca la figura de la mujer llevando a sus hijos al médico, que reflejan gran belleza y enorme ternura. Durante la contienda civil, fue bombardeada y aunque se restauró posteriormente se han conservado en su parte izda los impactos de balas.
Actualmente está rodeado por distintos Colegios Mayores y algunos edificios dedicados a embajadas.
Atraviesa el Paseo el Arroyo de San Bernardino que conduce a la todavía existente Fuente de la Salud, a la que se atribuían propiedades medicinales. y que hoy está sustituida por el Manantial de la Salud.
Durante la contienda civil, ocupó la primera línea de fuego, en noviembre del 36, llegó la columna del general Varela y del coronel Yagüe, y separados por el Arroyo de San Bernardino se encontraba la columna anarquista de Durruti con el apoyo de las Brigadas Internacionales. Desde el lado nacional se bombardeó la ciudad, arrasando la Casa de Velázquez, Moncloa y parte de las facultades de Farmacia, Medicina y se perdió con la Facultada de Filosofía y Letras, su Biblioteca, de un valor incalculable. Aún se pueden observar restos de 3 de los bunkers, empleadas para el tiro de ametralladoras. El parque fue restaurado por Cecilio Rodríguez.
Continuando por el Paseo de Camoens, se encuentra el reciente monumento a Miguel Hernández, inaugurado en 1985, obra de Enrique Domínguez Uceta.
Más adelante el monumento a José de San Martín, libertador de Argentina, Chile y Perú y el conjunto escultórico, dedicado a la abolición de la esclavitud, donado por el Estado de Méjico, como intercambio de una copia de La Cibeles, que le entregó el Estado español. Según se avanza hacia Príncipe Pio, a la derecha, salvando el desnivel está el parque de la Bombilla, tradicional espacio de verbenas y fiestas.
Antes de llegar al actual enclave de la Rosaleda, está la actual fábrica de cerámica, “D. Francisco Alcántara”, que sustituyó a la antigua Fábrica de Porcelanas, de Moncloa, creada por Fernando VII, en 1911, en dónde los hermanos Zuluaga, dirigieron las piezas del Palacio de Velázquez, entre otras y allí también se estuvo trabajando el grupo escultórico de Vaquero Turcios de Colón, situado en los Jardines del Descubrimiento, en la Plaza de Colón. Después se puede observar una enorme chimenea en forma de Tinaja, que sirve para vidriar las piezas.
Debajo, salvando nuevamente el desnivel, se encuentra el cementerio de la Florida, para el personal del servicio real, dónde se enterraron las víctimas del 3 de Mayo de 1.808, en Madrid.
Finalmente se llega a la Rosaleda, en la que anualmente se concede el premio por votación popular al mejor grupo de rosas. Este año, las rosas premiadas aún conservan su colorido híbrido entre rojos, amarillos y asalmonados. Es curioso y demuestra el arte que supone, el que se están preparando ya, las rosas para el concurso del 2015 y 2016., a la vez que se mantienen las premiadas en años anteriores.
Bajando por el Paseo del Rey, se llega a la Estación de ferrocarril de Príncipe Pio, hoy intercambiador, centro comercial y edificio dedicado a oficinas de Adif. Inicialmente conectaba por vía férrea el norte de la Península, como principal arteria de carácter industrial, para abastecer a Madrid de carbón, harina, carne y pescado además de un previsible importante tráfico de viajeros.