Por Carlos Nadal
El pasado 20 de noviembre dentro de la actividad de “Conocer Madrid”, vecinos y socios de la Asociación de Vecinos de Prosperidad, dimos un bonito paseo por el barrio de Maravillas. O si lo preferís Malasaña. Que es cómo viene denominándose a este rincón de Madrid, sobre todo a raíz de los años 80 en plena vorágine de lo que vino a llamarse “La Movida Madrileña”, y en recuerdo de Manolita Malasaña, que fue ajusticiada por las fuerzas de ocupación francesas, a raíz de los acontecimientos del 2 de mayo de 1808.
Comenzamos el recorrido en el antiguo Hospicio de San Fernando. Obra cumbre del llamado “Barroco Madrileño” o “Barroco Exaltado”. Edificio de Pedro Ribera, con portada churrigueresca esculpida por Juan Ron. Escultor este último que colaboró en numerosas ocasiones con Ribera. Como pudimos ver no hace mucho en nuestra visita por Madrid Río, en el Puente de Segovia.
Seguimos caminando por la calle de Fuecarral arriba, hasta toparnos con la iglesia y cenobio de María Inmaculada en la esquina con la calle del Divino Pastor. La iglesia, de estilo neogótico y edificada en 1914, medio oculta un palacio neoclásico, obra del arquitecto Martín López Aguado. Levantado en la segunda mitad del siglo XIX. Propiedad también de estas monjitas.
Siguiendo por la calle del Divino Pastor, llegamos hasta la Antigua Casa Crespo. Establecimiento dedicado a los artículos de esparto (vulgo alpargatas), donde nos recibió su dueño, Máximo que regenta la tienda que cumple ya su cuarta generación.
Desde allí nos dirigimos hasta la Plaza del Dos de Mayo. Donde se conserva el Arco del Cuartel de Artillería de Monteleón Y el grupo escultórico obra de Antonio Solé, que representa a los capitanes Daoiz y Velarde. Héroes de la jornada del levantamiento del pueblo de Madrid contra la invasión napoleónica.
También comentamos acerca de la antigua Iglesia de Maravillas, sita en la misma plaza, obra edificada en el reinado de Felipe IV y que dió nombre al barrio. Hoy parroquia de los santos Justo y Pastor.
Seguidamente subimos a un domicilio en la calle de Velarde número 24. Dónde pudimos observar las características fundamentales de la arquitectura doméstica madrileña de finales del siglo XIX. A saber: Cimentación con sillares de granito, viguería de madera, forja de hierro en los balcones y cubiertas de teja árabe.
En el numero 20 de la misma calle, nos adentramos en la corrala mas antigua del barrio. Construida en 1803. Y un poquito más arriba, nos encontramos con “ La Vía Lactea”. Uno de los templos de aquella “Movida Madrileña.
Reanudamos nuestro recorrido por la Calle de San Andrés. Dónde nos topamos con el edificio de “La Industrial”. Antigua fábrica de hielo, hoy reconvertida en espacio de co-working. Pasamos por la antigua “Farmacia Juanse” y por el “Café Manuela”, dónde se desarrollaba en los años 80 la tertulia de “Los Presocráticos”. Auspiciada por Agustín García Calvo.
Desde allí, y bajando por la calle del Tesoro, llegamos hasta la calle de Pozas. Y en ella nos adentramos en el “Espacio Pozas” regentado por la “Cruz Roja” y en dónde vimos una exposición de fotografías, precisamente dedicadas al tema de la visita. Es decir “Maravillas de Malasaña".