La Asociación Valle Inclán, visitó el Museo de Historia de Madrid, instalado en el antiguo Hospicio de Madrid, en la calle Fuencarral. El museo está concebido para hacer un completo recorrido por la historia de Madrid desde que fue declarada capital de España en el siglo XVI, con Felipe II. El título se ha mantenido estable, salvo el tiempo que Felipe III, se llevó la capitalidad a Valladolid.
Las colecciones municipales anteriores a este momento se exhiben en el Museo de San Isidro, junto a la Iglesia de San Andrés, en pleno Madrid de los Austrias
El edificio del museo data del siglo XVII y ocupa casi todo el espacio de la actual Plaza de Barceló. En tiempos de Felipe V se construye un nuevo y monumental edificio realizado por Pedro de Ribera que es el que ha llegado hasta nuestros días. La gran Portada es de estilo barroco churrigueresco, de las viejas edificaciones sólo se mantiene la capilla presidida por una gran Virgen con San Fernando, de Luca Giordano. El fundador del Partido Socialista Obrero Español, Pablo Iglesias, estuvo en él como hospiciano.
A lo largo de las 14 salas se recorre: Madrid Villa-Corte, desde que en 1561 el rey Felipe II trajera por vez primera la Corte a la pequeña villa de Madrid hasta el siglo XVIII, convertida ya en centro decisorio del imperio de los Austrias.
Madrid desde el siglo XVIII hasta la Guerra de la Independencia. La nueva dinastía de los Borbones introduce importantes cambios en el modo de gobierno y trata de transformar la ciudad mediante grandes intervenciones urbanísticas.
El sueño de una ciudad nueva, desde el siglo XIX hasta el comienzo de la primera Guerra Mundial. La Revolución Industrial, refuerza el perfil urbano de la ciudad.
En primer lugar se visita el Madrid Villa- Corte, a través de la maqueta más famosa de Madrid, obra de León Gil de Palacio, director del Real gabinete de Estudios topográficos en el Casón del Buen Retiro.
Realizada desde la atalaya de la Torre de Santa Cruz, el autor vio cientos de conventos, gentes, capiteles, todos los rincones de la ciudad. Se podía observar los Pozos de la nieve, en la Plaza de Barceló, el Real Hospicio de San Fernando, llamado del Ave María y santo Rey D. Fernando. Abarca toda la ciudad, con los límites que tenía Madrid en 1830: Quevedo en la Zona Norte, con 12.000 hectáreas, al Sur Nuestra señora de Atocha, al Oeste el Palacio Real y al Este el Paseo del Prado. Se distingue perfectamente la Puerta de Alcalá y cerca de ella la Plaza de Toros.
Otra maqueta más moderna es la levantada con base en el Plano de Madrid de Pedro Texeira, en la época de Felipe IV, junto a grabados de Madrid del XVII y XIX, el cuadro de Lanzas de la Plaza Mayor y las imágenes del palacio de Buenavista, de principios del XIX que perteneció a la Duquesa de Alba, aunque no llegó a habitarlo y fue adquirido por el Ayuntamiento, que posteriormente se lo regaló a Godoy y finalmente acabó instalándose el Cuartel General del Ejército
En una vitrina se observa, un Belén del siglo XVIII, con diversas figuras articuladas representando a nobles, campesinos, burgueses ataviados según el estilo de la época, que trajo Carlos III de los Museos Napolitanos.
Atravesando un patio acristalado se encuentra una copia de la Mariblanca, subida en un alto pedestal. Es de origen incierto, comprada en 1625 por un mercader veneciano llamado Ludovico Turqui. Su fin era coronar la fuente de la Fe, que estuvo en la Puerta del Sol frente a la Iglesia y Hospital del Buen Suceso hasta 1870, que se trasladó a la calle de la Princesa. En el último tercio del siglo XX se instaló una copia en la confluencia de Sol y Arenal. El nombre de Mariblanca es expresión popular usada por los aguadores de la fuente, en el siglo XVII, en alusión a la blancura del mármol en el que está tallada la estatua. Desde 1.964 hay una copia instalada en el Paseo de Recoletos.
Entre las obras pictóricas, de la Escuela del siglo XVII, están: el cuadro de Velázquez, o de su taller, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, que representa “El cortejo fúnebre de Lope de Vega”, parando delante del convento en dónde estaba su hija.
En esta época, dada la pobreza que había y el número de mendigos, se obligaba a las casas con un segundo piso, a cederlo para alojamiento de la corte. Igualmente se construyeron itinerarios reales, por los que Mariana de Austria y María Luisa de Orleans podían visitar a sus parientes en las Descalzas, entretenerse en los palacios de sus privados, o disfrutar de los Reales Sitios.
Entre las obras más representativas, seguramente la más valiosa y célebre es la “Alegoría de la villa de Madrid”, de Francisco de Goya, cuadro que ha vivido curiosas peripecias; también un retrato oval de José Bonaparte, que posteriormente fue borrado y reemplazado por el de Fernando VII, y este igualmente sustituido. Actualmente el óvalo carece de efigie alguna y reza simplemente: «Dos de mayo», en alusión al levantamiento madrileño contra Napoleón
Otra pieza muy relevante del museo es una pequeña “Virgen con el Niño en un trono” (o Virgen de la Leche) de Pedro Berruguete, que presidió la capilla del Hospital de la Latina, en Madrid, hasta su demolición en 1906, para ser trasladada al Museo de Historia de Madrid
El Convento de San Felipe el Real fue fundado en Madrid en 1546 a pesar de la oposición del Ayuntamiento, que no quería otra institución mendicante en la ciudad. Sin embargo, la mediación de Felipe II, por aquel entonces todavía príncipe, permitió que se instalara en la confluencia de la calle Mayor y la Puerta del Sol.
A pesar de su valor arquitectónico, San Felipe el Real debe su fama a su lonja y mercado por ser el principal Mentidero de la Villa, escenario tantas veces mencionado en la literatura del Siglo de Oro.
En los mentideros se fraguaban los principales rumores de la Corte. Sentados en las escaleras de acceso a la iglesia, se intercambiaban noticias, rumores, calumnias, inventos, secretos y opiniones, no siempre de entera confianza.
Pudimos ver el cuadro de “Las gradas de San Felipe, al atardecer, del siglo XVII” Se trataba de un lugar propicio para ello ya que la calle Mayor era paso obligado. Pronto San Felipe, y con él la Puerta del Sol, se convirtieron en el lugar de encuentro por excelencia, característica que el lugar mantiene hoy en día.
El Mentidero de San Felipe el Real fue testigo, juez y parte de importantes sucesos que conmocionaron la vida madrileña. Destaca sobre todos ellos el asesinato del conde de Villamediana sucedido justo enfrente de sus gradas
Su nombre real fue Juan de Tasis y Peralta, de profesión oficial poeta, pero más conocido por su título nobiliario. Vivió entre los siglos XVI y XVII. Amigo de Lope de Vega y de Góngora. Se puede ver el cuadro de “ Muerte del Conde de Villamediana”
Destacan los dibujos de Ventura Rodríguez: Puente de Toledo, Marqués de Vadillo, teatros, Corralas, diseño de Fuentes, entre ellas la de Cibeles, la Real Academia de San Fernando y un largo etc, en Madrid y fuera de Madrid.
Entre sus joyas figuran excelentes ejemplares de porcelana del Buen Retiro, y cerámica, abanicos, platería, muebles y una colección de fotografías históricas, entre otras piezas únicas.
El nuevo Museo de Historia es también el principal centro de documentación de la memoria de nuestra ciudad, en el que se está llevando a cabo la digitalización y el catálogo informatizado.