Después de tanto tiempo sin escribir en este espacio, no se me ocurre mejor fecha para reactivarlo que hoy. Se celebran los cuatro años del 15M y creo que hay mucho que celebrar y recuperar. Hay que celebrar que despertamos, que nos encontramos, que se generó una forma de actuar, de procedimientos, de discurso, de mirada sobre la realidad que ha impactado mucho más allá de lo que se planteaban las personas que ocuparon las plazas y calles, que hicieron marchas, asambleas, grupos de trabajo…Esa energía liberada se ha colado por los lugares mas inverosímiles. Hoy todo los partidos políticos hablan de democratizar, de primarias, de transparencia, de rendir cuentas, del protagonismo ciudadano. Si observamos los planteamientos anteriores al 15M descubriremos muchas sorpresas. Por encima de todo, y bajo mi punto de vista personal, lo mas importante que hoy podemos celebrar son los vínculos personales y afectivos que se han generado fruto del estallido social, las gentes que hoy forman parte de nuestras vidas y que llegaron entre la marea humana y ya forman parte de nuestro paisanaje personal. Solo por eso mereció la pena.
También toca recuperar la actitud de aprendizaje, de escucha, de sorpresa, de ilusión y de mirada a largo plazo. Resulta que en pleno estallido social hablábamos de que no todo nacía con este movimiento, de igual forma que hoy no se pueden obviar al 15M dentro de los cambios que, tanto en política con la eclosión de Podemos como en los movimientos sociales con la proliferación de múltiples proyectos colectivos alternativos -desde la eclosión de la agroecología, hasta la economía social y solidaria- deben en parte su presente a lo que el 15M produjo. Volver a sentir que estamos en evolución constante, que no existen soluciones simples y definitivas al modelo de sociedad injusto que queremos superar, que la revolución o será inclusiva o no será, que las élites no nos representan, que anhelamos otras formas de organización social que recupere la persona como eje, el respeto al planeta como principio y no los beneficios económicos por encima de cualquier cosa y que esto solo se conseguirá con la participación decidida de todos y todas, no supone algo del pasado. De ahí la actualidad del 15M.