Coincidiendo con el “Día Mundial del Medio Ambiente”, la organización Greenpeace ha puesto en venta el Ministerio de Medio Ambiente por 1 euro, que es aproximadamente el valor que calculan que le da el Gobierno.
Han cubierto completamente la verja de su fachada principal con 200m2 de carteles con el mensaje “Se vende por cese de actividad”. Y han instalado una oficina inmobiliaria frente al edificio para informar a los viandantes.
La razón de esta acción, explica la organización, “es que el Ministerio de Medio Ambiente es un “Ministerio florero”. El Gobierno lo dedica exclusivamente a tramitar los deseos del Ministerio de Industria y de las grandes multinacionales. Actividad tiene, pero ninguna es en defensa del medio ambiente: entre las grandes “hazañas” del Ministerio en los últimos años se encuentra el permitir proyectos tan polémicos como el fracking o las prospecciones petrolíferas, y reformar, en contra del interés medioambiental y ciudadano, leyes como la Ley de Costas, la Ley de Montes o la Ley de Parques Naturales.”
Continúa explicando en un comunicado que no es de extrañar, que el medio ambiente sea una de las grandes víctimas de la crisis, lo que ha tenido graves consecuencias sociales. Por ejemplo, la corrupción urbanística, las puertas giratorias o los recortes han acarreado desempleo y empeoramiento de la calidad de vida. La degradación del medio ambiente también se traduce en impactos sobre la salud. Y las políticas destinadas a favorecer a las grandes compañías eléctricas generan pobreza energética en las familias más humildes, además de seguir contribuyendo a prolongar la vida de las fuentes de energía obsoletas y contaminantes.
En definitiva, “el Ministerio que debería velar por el medio ambiente en nuestro país se ha convertido, en cambio, en uno de sus principales enemigos. Y las consecuencias de ello las sufrimos todos. Las únicas beneficiadas son las grandes empresas. Tenemos que poner el freno a esta situación, y seguir diciendo que el medio ambiente importa.”