. Fotos de Carmen Grijalba
Un grupo de vecinas y vecinos de Madrid hemos hecho un recorrido por el Paseo de la Castellana. Un paseo en el tiempo, imaginando el medio centenar de mansiones de distintos estilos: Neogóticos, neoárabes, neoclásicos o modernistas, que alternaban el estilo Villajos, con ladrillo y granito y el estilo Saldaña, hasta nuestros días, en los que solo han sobrevivido poco más de diez palacios.
Comenzamos en la actual Biblioteca Nacional. Situada en el recorrido de una de las Murallas de Madrid que iban desde Sagasta, Génova, y Serrano hasta la puerta de Alcalá. En el Museo Arqueológico se encuentra restos de ellas.
En 1.711, el rey Felipe V aprobó crear una Real Biblioteca, con la misión de "renovar la erudición histórica y sacar al aire las verdaderas raíces de la nación y de la monarquía españolas".
Felipe V firmó el Real Decreto fundacional, que aclaraba el carácter público de la biblioteca, abierta a ‘todos los estudiosos’ y establecía las normas fundamentales para su funcionamiento.
Durante el trascurso del siglo XIX, la Biblioteca cambió varias veces de sede, primero, durante el reinado de José Bonaparte, se trasladó al convento de los Trinitarios en la calle de Atocha. Posteriormente pasó al palacio donde celebraba sus sesiones el Consejo del Almirantazgo Real debido a las reclamaciones realizadas por los trinitarios, tras la vuelta de Fernando VII.
El terreno donde se ubica actualmente la Biblioteca Nacional es el mismo en el que estaba el antiguo gran Convento de Recoletos de Madrid, que tras la Desamortización, fue vendido y destruido.
En 1864 se escogió finalmente para que realizara la obra al arquitecto Francisco Jareño Alarcón. La reina Isabel II colocó la primera piedra. Casi veinte años después le sustituyó Antonio Ruiz de Salces. En 1.892 el edificio se utilizó para las conmemoraciones del cuarto centenario del descubrimiento de América, trasladándose a continuación la Biblioteca, que abrió al público por primera vez en 1.896.
La decoración no arquitectónica de la fachada se compone de seis estatuas y once medallones. En un primer plano encontramos las estatuas del rey Alfonso X el Sabio y la de San Isidoro, ambas de Alcoverro, otra serie de estatuas, representan a ilustres de la ciencia y la cultura, así como en los once medallones.
El frontón, que fue obra de Agustín Querol, se encuentra rematado por tres esculturas, una en cada extremo, representando el Genio (dcha.) y el Estudio (izqda.) y en el vértice la representación de España al lado del león que simboliza Castilla. La Paz se representa en el centro, y a sus pies, a la derecha, el genio de la Guerra rompiendo una espada, al que siguen las representaciones de las distintas artes y ciencias.
En la actualidad, la Biblioteca Nacional de España cuenta con unos fondos no exhaustivamente cuantificados, pero que se aproxima a los 28 millones de ejemplares. Entre ellos destaca la colección de manuscritos, que abarca obras desde el siglo IX hasta un total de 23.000 obras, y la de incunables, 2.298 ediciones con 3.159 ejemplares, incluidos dos libros xilográficos.
Son dos edificios: El edificio principal e histórico, sede de la Biblioteca Nacional situado en el Paseo de Recoletos nº 20-22, prácticamente saturado de libros. Un segundo edificio denominado Centro de Acceso al Documento que se encuentra en Alcalá de Henares y que cumple funciones de depósito.
El Palacio de Medinaceli. Inicialmente el palacio de Uceda o del Duque de Uceda estaba en la Plaza de Colón, conocido también como palacio del Marqués de Salamanca.
Después de un incendio, que afectó principalmente a la fachada y del que no se llegó a restaurar completamente, fue derribado en la década de 1.960, levantando el actual Centro Colón y un bloque de apartamentos.
La antigua Casa de la Moneda y timbre, edificio del siglo XVIII que fue derribado en 1.964, pese a las numerosas opiniones en contra, trasladándose a su ubicación actual, en la calle Jorge Juan.
Fue reemplazado por los fríos e impersonales Jardines del Descubrimiento. En su parte oriental está el monumento dedicado al Descubrimiento de América, inaugurado en 1.977, cuyo autor es Joaquín Vaquero Turcios, que se compone de cuatro bloques de hormigón dispuestos en tres conjuntos, "las Profecías", "la Génesis" y "el Descubrimiento" con relieves e inscripciones inaugurado en 1.970.
Gran parte de su superficie sirve de cubierta al Teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa de Madrid, construido en el subsuelo, así como a un aparcamiento, igualmente subterráneo.
Monumento a Cristóbal Colón.
Para conmemorar el matrimonio real entre Alfonso XII y Doña María de las Mercedes de Orleans, en 1.877 se convocó un concurso público para erigir un monumento a Cristóbal Colón. La estatua que lo remata es obra de Jerónimo Suñol, de 3 metros de altura, tallada en mármol blanco de Italia. Viste sayo y manto propios de su tiempo. En la mano derecha porta una bandera de Castilla, que apoya sobre un globo terráqueo, al tiempo que tiende la izquierda en ademán de oferta, y dirige su mirada al cielo.
El largo pedestal sobre el que asienta la estatua es de estilo neo-gótico isabelino y tiene una altura total de 17 de metros y en los laterales hay distintos motivos de la vida de los Reyes Católicos, de Colón, las tres carabelas y la Virgen del Pilar. En la parte Norte se puede leer "A CASTILLA Y A LEÓN / NUEVO MUNDO / DIO COLÓN". En el basamento, "1885".
El 12 de octubre de 1.892 se hizo entrega de la obra al Ayuntamiento de Madrid.
En la Plaza de Colón, están también Las Torres de Colón, dos rascacielos gemelos y uno de los edificios más altos de la capital, con sus 116 metros de altitud y sus 23 plantas. Construidas en 1.976 por el arquitecto madrileño Antonio Lamela. Es un claro ejemplo de "empezar a construir la casa por el tejado” ya que primero se realizaron los cimientos de hormigón sobre los que se plantaron los dos pilares y la plataforma superior. Posteriormente se fueron construyendo las torres de arriba abajo. Fueron la sede central de la empresa Rumasa.
Palacete Armilla, de Ruiz de Salces y que hoy está convertido en hotel, pasando previamente por Banca Nacional.
Avanzando por la Castellana, está la Quinta Burguera, desde 1.860 hasta 1.970. Fue la primera casa de la Castellana con un espléndido jardín, en donde Garrigues conoció los torneos de florete, en los que daban como premio una fruta.
El Palacio del Marqués de Villamejor. Fue sede del infante de España Carlos de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, para su residencia poco tiempo antes de la boda con Luisa María de Orleans, naciendo allí Mercedes de Borbón.
Carlos de Borbón vendió el edificio al gobierno de Alfonso XIII para instalar la Presidencia del Consejo de Ministros. La planta baja y primera se adaptaron para Presidencia y la planta segunda fue ocupada por la Inspección Civil de Guerra y Marina y del Protectorado de Marruecos. Las caballerizas desaparecieron para dejar lugar al archivo y otras dependencias. Son famosos los Consejos de Ministros presididos por Manuel Azaña en el salón de Consejos. En esta etapa sus salones fueron reformados con gran lujo, y se decoraron con arañas, cuadros y muebles traídos del palacio de Riofrío.
Después de distintos usos durante la Guerra Civil, y su posterior remodelación y ampliación el arquitecto Diego Méndez fue el encargado de la conservación de la Presidencia del Gobierno desde 1.955, que después de unas reparaciones iniciales, decidió la ampliación de una nueva planta.
Desde los años 1.980 el palacio de Villamejor albergó la sede de Ministerio de Administraciones Públicas de España, reconvertido en Secretaría de Estado desde 2.011. El aspecto exterior del palacio es simétrico y equilibrado, enmarcado dentro de la corriente ecléctica de raíz clasicista, desligada ya de la corriente francesa del palacio de Ucesa. La fachada, combina los parámetros de ladrillo con los detalles ornamentales en piedra variando la decoración por plantas.
La Capilla de los Alemanes. Se trata de la antigua capilla de la Embajada Alemana en Madrid que cedió un terreno junto a su edificio. El origen es a comienzos del siglo XX, cuando se sustituyó la capilla luterana que había en un pequeño local de la calle Ventura de la Vega.
Las obras se realizaron bajo la dirección del arquitecto alemán Oskar Jürgens. De piedra, es uno de los pocos edificios de estilo bizantino de la capital, destacando en su interior una araña del siglo VII de estilo visigótico. En 1.966 cuando la ya República Federal Alemana se traslada a su nueva sede en la calle Fortuny, la embajada es derribada, y sobre su solar, el arquitecto Miguel Fisac construyó el edificio de IBM. No obstante, la capilla se salvó, y actualmente sigue desempeñando sus funciones para la comunidad alemana en Madrid.
En terrenos situados alrededor del Paseo del Cisne, actual Paseo de Eduardo Dato, se encontraba la Huerta de España cuyos orígenes son muy antiguos. Posteriormente se construiría uno de los barrios más exquisitos, ocupado por la aristocracia, conocido como el Barrio de Indo, formado por varios “hoteles” o palacetes construidos entre 1.870 y 1.877 por Agustín Ortiz de Villajos y el propio Palacio de Indo. Los edificios de este exclusivo barrio fueron de los más lujosos de Madrid, en los que habitaron aristócratas o clases pudientes, junto a su numeroso servicio, a veces mucho más que la propia aristocracia. Posteriormente, en su lugar se construyó un enorme edificio de oficinas en régimen de alquiler.
A comienzos del siglo XX el duque de Montellano compró el edificio, aunque construyó uno nuevo. El Palacete de Montellano, obra de los arquitectos Juan Bautista Lázaro y Joaquín Saldaña, a su vez fue derribado en 1.966 para construir el edificio de La Unión y el Fénix, hoy Mutua Madrileña.
La actual sede de la Fiscalía General del Estado, era el antiguo Palacio del Marqués de Fontalba, del arquitecto Jose María Mendoza Ussía, que recibió en 1.912, el premio de arquitectura del Ayuntamiento de Madrid a la mejor casa construida y que albergaba “inteligentes innovaciones”, como los aspiradores, uso de centralitas.
El Palacio del duque de Anglada, también conocido como palacio del marqués de Larios por su posterior propietario. Construido por Emilio Rodríguez Ayuso fue considerado por muchos como de los mejores edificios levantados en la segunda mitad del siglo XIX.
La vivienda se hallaba en el centro de un magnífico y frondoso parque de coníferas formado por jardines geométricos, en los que se levantaron caballerizas, pabellones, casa del jardinero, etc. En el palacio se daban cita muy distintos estilos como elementos neoegipcios en la fachada, neoclásicos en el patio y griego, romano, gótico y renacimiento en los distintos salones. El edificio estaba construido en piedra y ladrillo. Tenía dos plantas y un ático. Lo más notable de este palacio era el patio central, realizado por Contreras que reproducía al mismo tamaño, el famoso Patio de los Leones de la Alhambra.
Fue el primer Palacio derribado en 1.962 y en su solar se construyó el Hotel Villa Magna. Los árboles situados frente a la fachada del hotel pertenecen al antiguo palacio.
El Palacio del Marqués de Eliseda, data de 1.900 y está situado en la calle Marqués de Riscal, esquina al Paseo de la Castellana. Es de los pocos palacios que se conservan. En dónde tenía el despacho José Antonio Primo de Rivera y algunos creen se fundó la Falange en 1933, otros autores consideran que no hay datos que lo avalen. Hoy es sede de la Dirección General de la Juventud.
El Palacete del Marqués de Mudela, diseñado por el arquitecto Lorenzo Alvarez Capra, es un ejemplo más de espléndida integración orgánica que posteriormente el arquitecto Rafael Moneo, logró, de un palacete clásico de principios del siglo XX con un edificio moderno, de finales de siglo, con auditoría, cine… Ambos edificios forman el Conjunto Bankinter.
El Palacio de Luca de Tena, en el Paseo de la Castellana junto al edificio de ABC, del arquitecto José López Salaberri, que se encargó de numerosas obras en Madrid, entre otras la de abrir el primer tramo de la Gran Vía. Cuentan que José Calvo-Sotelo había sido invitado al citado palacete,la noche de su detención pero declinó la invitación.
El Palacio de Ascó, que hoy es la Fundación Rafael del Pino, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que en 1.952 fundó el Grupo Ferrovial del que fue presidente hasta el año 2.000, cuando dejó la presidencia en manos de uno de sus hijos, Rafael del Pino Calvo-Sotelo que constituyó la Fundación que pretende mejorar la formación de los futuros líderes.
Y finalmente, el grupo se acercó al último y antiguo Palacete de Moreno Benitez, que perteneció al financiero que da nombre al edificio. Fue levantado por el arquitecto Joaquín Saldaña en 1.904 y actualmente depende del Ministerio del Interior.