Sube la marea… La marea humana sube por la calle de Atocha. Los manifestantes enseñan pancartas con las consignas: ¡Una persona no es ilegal! ¡Paz! ¡Paz! ¡Bienvenidos refugiados! La marea humana sigue llegando al Mare Nostrum, la marea llega a Grecia, a Italia, a Hungría, a Calais, a Melilla, a Almería. La marea de los niños, de las mujeres, de los más débiles, ancianos, enfermos, deshidratados… Los que huyen de la guerra, los que huyen de la miseria, los que huyen de la tiranía, del hambre, de las enfermedades. La marea sube y sube…
Estaba en la manifestación y vi a un indio, camarero de un bar, asomado a la calle, viendo a los manifestantes, casi todos eramos españoles, está claro, los sin papeles no se atreven ni a manifestarse siquiera para pedir sus derechos…bueno, pues el indio (también podría ser bengalí o de Sri Lanka) me mira, se sonríe y dice ¡Viva España!. Yo me sonreía también con otra sonrisa diferente. Su viva españa no era el de Escobar, no era el de Pemán, que puso letra al himno, no era el de esos patriotas monárquicos que no estuvieron en la manifestación. Era un Viva España con mayúscula, de agradecimiento a esta tierra que le había dado papeles, que le había dado trabajo, que le permitía ver a un grupo numeroso de españoles que los apoyaban y reivindicaban por sus derechos, derechos a ser libres, derechos a circular, derechos a trabajar, a una casa digna, a una sanidad digna, a una educación digna.
Mi pensamiento se desplaza ahora a aquellos españoles republicanos que sufrieron también los campos de internamiento, después de huir del fascismo, tras la guerra civil de 1936-39. Campos de Argelès. Saint Cyprien, Barcarès, en Francia, campos de Mauthaussen, Buchenwald, Auschwitz, en Alemania y Polonia. Exodo a México, a Argelia, a la URSS, a Chile, Argentina, Cuba, USA, etc. Todos aquellos exiliados de aquella guerra, son todos esos sirios de estas guerras, provocadas por tiranías y potencias imperialistas que se reparten el mundo.
Y en medio de todos los débiles y las víctimas, los especuladores, las mafias, que les sacan sus pocos ahorros, para que logren llegar al primer mundo. Y este primer mundo nuestro en vez de acogerlos, por justicia, ya que esquilmó en el siglo pasado a los países africanos, sudamericanos y asiáticos, les quitó sus riquezas, diamantes, esmeraldas, productos de la tierra, como cacao, café, y otros, y hasta la misma vida robándoles la libertad con la esclavitud en siglos anteriores, ahora es incapaz de reconocer que tienen derecho a venir a esta Europa a que les retornen lo que los paises colonizadores les quitaron.
Y la marea humana , no se para, sigue, sigue…
Y los problemas de los refugiados por las guerras o bien por la miseria, no se resuelven con nuevos bombarderos, o con cuotas de asilo, se resuelven con trabajo, con paz, con humanidad….
La manifestación, en una tarde veraniega de sábado madrileño, llego al final, hasta el ministerio de Asuntos Exteriores, todo fué pacifico, pero Margallo no apareció en el balcón…
13 Septiembre 2015.