El próximo día 20 de diciembre se celebrarán las elecciones legislativas. Tienen gran importancia porque los aspectos más relevantes de la vida del país dependen de los resultados, dependen del partido que forme el Gobierno, del partido que defina la política económica y social, la reglamentación laboral, la sanidad, la educación.
Quisiera pedir al partido que gane las elecciones y que sea capaz de formar Gobierno que no se olvide de las múltiples promesas de carácter social que ha hecho durante la campaña electoral y que tenga muy presente que hay dos Españas.
La España de los datos macroeconómicos favorables que se nos reiteran con frecuencia, la de la subida del PIB, la de la disminución del número de parados.
La de una reducida minoría que se enriquece con negocios lícitos o no tan lícitos como los implicados en las tramas de corrupción, la de los coches de alta gama, la de los que frecuentan restaurantes exclusivos y compran en boutiques especiales. La de las grandes fortunas y los consejeros de las multinacionales.
Pero hay otra España que no puede olvidar el nuevo Gobierno, la de los cuatro millones y pico de parados, muchos de larga duración que ya han perdido la esperanza de poder conseguir un trabajo, la del 46 % de parados que no percibe ninguna prestación, la del 30 % de españoles que vive bajo el umbral de la pobreza.
La España de un paro juvenil del 50 % que obliga a muchos, cada vez a más, a emigrar al extranjero, a Inglaterra, a Alemania, a Francia, donde los jóvenes graduados en la Universidad podrán trabajar de camareros.
No puede olvidar el nuevo Gobierno que más del 90 % de los nuevos contratos son temporales, muchos a tiempo parcial, con sueldos de miseria y total inseguridad en el futuro. Con estos contratos es muy arriesgado formar una familia y tener hijos.
No puede olvidar que en los últimos años se han hecho fuertes recortes presupuestarios en sanidad, en la educación pública, en muchos otros servicios, reduciendo personal cualificado que ahora se necesita.
Esta es la España a la que tendrá que enfrentarse el nuevo Gobierno. Necesita tener las ideas muy claras y la suficiente voluntad política para vencer las presiones que tendrá que superar si quiere hacer algún cambio que pueda afectar al gran capital.