© 2012 José Luis Sáez Sáez
Sendas, según la RAE, son caminos más estrechos que las veredas. Senderista es el peatón capaz de andar por ellas. El senderista anda con la finalidad de acceder a bellos paisajes, de practicar deportes, de mejorar o mantener la forma física, de recolectar hongos, de pescar, de hacer fotografías, o de peregrinar.
Transita por todo tipo de parajes, por sitios desarbolados, pero también por bosques, por montes, por sotos y riberas. A su alcance está el poder recolectar semillas maduras de los árboles con solo alargar la mano, en el tiempo adecuado, normalmente en verano u otoño. Tengo publicado: el blog, que puede ayudar a identificar los frutos y semillas de los árboles y arbustos más comunes en nuestro país. En un sencillo montaje de 4 fotografías se aprecian los frutos cuando están verdes, los frutos cuando están maduros y listos para recolectar, y cómo son las semillas de cada uno de esos árboles, una vez extraídas de los frutos maduros. De paso, se dan unas cortas pero suficientes instrucciones para llevar a cabo la siembra de las semillas y obtener así nuevos árboles.
El senderista puede dispersar las semillas recolectadas por parajes desarbolados, por terrenos dejados inservibles por las numerosas obras de infraestructuras, por escombreras, en territorios abandonados o deshabitados o despoblados escasos de árboles o arbustos. Sin necesidad de alejarse mucho de lugar de la recolección: en el mismo pueblo, en la misma comarca.
Si las semillas las tirara a voleo, no haría menos que la naturaleza, que las deja sobre el suelo. Pero hay que tirar muchos miles de semillas para obtener resultados y elegir los momentos más propicios: a su debido tiempo y cuando llueve, ha llovido o va a llover. Este método se puede utilizar para alcanzar sitios inaccesibles: barrancos, terraplenes, taludes.
Las posibilidades de éxito aumentarían extraordinariamente si las semillas las enterrara ligeramente, directamente sobre el terreno.
No digamos, si las enterrara en la terraza, jardín o corral de su casa, en macetas o semilleros, obteniendo así plantones, que luego habría de trasplantar a lugares desarbolados.
Finalmente, existe el método Nendo Dango, que consiste en envolver las semillas en bolitas de barro, dejar que se sequen, llevarlas y esparcirlas por campos desarbolados, en donde estarán protegidas de la climatología y de los animales hasta que, con las primeras lluvias importantes, se empape el barro de las bolitas, germinen las semillas y enraícen más fácilmente en el terreno.
En mi blog trato de dar ideas, debidamente contrastadas, aporto documentación gráfica y espero despertar una afición bonita y barata, que los profesionales, las empresas y las instituciones no pueden hacer gratis, tal y como yo propongo.