Madrid ha vuelto a salir a la calle para reclamar la acogida a los refugiados. YA.
La concentración había sido convocada por unas 70 organizaciones para protestar contra “la Europa fortaleza y reclamar vías seguras para las personas migrantes y refugiados”.
Se podían ver vecinos y vecinas de Madrid, turistas que se añadieron, por curiosidad, o porque al enterarse del por qué de la concentración, estaban de acuerdo… y como va siendo habitual, también un grupo de migrantes, reivindicando el derecho a los papeles, portando cartones en los que se expresaban que “ningún ser humano es ilegal”,” somos personas, no mercancías”, “ vallas no, fuentes sí”, “ni guerras, ni fronteras”, que se mezclaron entre la población, con aplausos y señales de bienvenida
Las pancartas, dando un saludo a los refugiados sirios, en las que reclamaban “pasaje seguro para los refugiados”, “ exigiendo el cierre de los Cíes”, indicando su ausencia, “ faltan los que están en los Cíes”.
A la vez, había voces y carteles contra la Europa fortaleza, y sí, por una Europa de la acogida. “En mi casa si”, “Madrid acoge, acabemos con la vergüenza”… fue un grito repetido entre todos los asistentes, unido con el de “apertura de muros”.
Frente al Ministerio, se realizó un pequeño círculo, rodeado de pequeñas maletas en las que se leía: “Madrid quiere acoger”, “Acabemos con la vergüenza“, “Por una Europa de la acogida”, “En Mi Casa sí””, en el que fueron manifestándose un refugiado que con el grito de “Pasaje seguro”, expresa el grito que hoy une a los pueblos de Europa, exigiendo a los gobiernos: vías legales y seguras, solidaridad entre los estados para la acogida de las personas refugiadas, desmilitarización en esas fronteras, resolución de conflictos de forma pacífica y prohibición del comercio de armas y finalmente poner fin a discursos, actitudes denigrantes, racistas y xenófobas contra personas refugiadas y migrantes.
Una mujer, Siria, que llevaba varios años en nuestro país, leyó un poema en el que decía: “… hemos perdido nuestros zapatos, os llegarán a vuestras orillas pero no hemos perdido nuestros sueños, …prados verdes, plantaciones de fresas…”, “ Europa, escuchanos, la vida es sin mordazas… Romper con vuestras voces, todas estas cadenas, libertad, romper los muros, hay que luchar y dar la mano a nuestros compañeros y hermanos refugiados”, “soy humana, son mis hermanos”.
Otras voces se alzaron, “no más muertes en el Mediterráneo”, “a cruel muerte llevados por pobres y coloreados”, “ni vallas ni fronteras”, “ vallas stop”.
Simultáneamente hubo concentraciones en 30 ciudades del Estado español así como en diversos estados europeos. Al finalizar se leyó un manifiesto en el que se pedía a la Unión Europea que aborde la situación de las personas desplazadas.