Pensar es la actividad vinculada al intelecto. Es la creación de la mente. Se refleja en el lenguaje verbal y no verbal, y lo determina. Pensar es formar ideas de la realidad en la mente, es razonar, meditar, creer, idear, opinar. Pensar es sentir. Sentir es amar.

La principal motivación del Ser Humano es el amor, desechando todo tipo de sentimientos y pensamientos que no le lleven a ese fin del amor, del razonar, del pensar.

Si el órgano con el que pensamos es el cerebro, si el órgano con el que amamos es el corazón, si la esencia del ser habita el alma, corazón y alma se funden en el cerebro. Piensa con tu cerebro, ama con todo tu cerebro. El dolor del alma es lo que hace enfermar el cerebro y con ello el pensamiento. Ama, perdona y sobre todo perdónate y tu cerebro, tu pensamiento estarán a salvo de la enfermedad.

Mi madre está muy enferma. Siempre lo estuvo. Durante toda mi vida me pregunté "¿qué le ocurre a mi madre?". "Mamá, ¿qué te pasa?, ¿en qué piensas?, ¿por qué no estás aquí?".

Pensar es estar aquí y ahora. Es sentirse vivo. No pensar es estar muerto. El miedo, el desamor, el odio, la tortura, destrozan el cerebro, la mente, el pensamiento.

 Pensar es comunicar. Amar es comunicar.

¿Por qué los adultos mandan a los niños al "rincón de pensar"?. Desde pequeños nos invitan a no pensar, a actuar sobre unas reglas establecidas, la mayoría de ellas estúpidas. En el "rincón de pensar", en esa absurda soledad de mirar frente a la pared, se moldea la mente humana desde la niñez, se le insta al niño a no pensar, a seguir las normas.

No permitir pensar libremente es torturar.

Pensar es valentía. Es atreverse a dar una vuelta de tuerca más a la libertad. Es ser fiel a uno mismo a pesar de que todos te abandonen por tus ideas. Pensar es soledad.

"¿En qué piensas, mamá?". Desde que tu cerebro hizo el clic más fuerte de todos los clics me siento más hija tuya que nunca. Los médicos dicen que no piensas en nada. Los médicos no tienen ni idea. Tu mirada perdida reacciona cuando me acurruco junto a ti en el sofá, y te abrazo, y me abrazas, y te digo TE QUIERO, y te hago prometer que lo único que no olvidarás es que te quiero, y en ese momento tu cerebro, tu alma, tu corazón se enchufan y me lo prometes, y tu cerebro piensa, y por un segundo, tan sólo un instante, piensa, siente, después vuelva a apagarse. Pensar es amar.

El cerebro puede enfermar, puede apagarse. Si supiéramos conectar el interruptor del amor en un cerebro dañado, quizás el pensamiento, el recuerdo arrancarían a saltitos, a pequeños saltitos durante segundos en ese ser muerto en vida y así podría sentir, recordar, pensar.

En realidad se sabe muy poco del cerebro, de esa máquina fabulosa del pensar. Más que un órgano, es pura magia. Los científicos se ven muy limitados a la hora de estudiar el pensamiento, pues disponen de muy pocos cerebros con los que investigar. A los seres humanos les da miedo, aprensión donar su cerebro al morir, para la investigación, pero no les tiemblan las ondas cerebrales para dañar a otros seres en vida.

¿Quién soy?, ¿qué hay dentro de mi cerebro?, ¿en qué pienso con cada sentimiento de mi alma?. He donado mi cerebro a la Ciencia. Al morir, seguiré viva. Lo que se pueda investigar por el bien del cerebro humano, para paliar sus enfermedades, será como una pequeñita luz de las que veo al surcar los cielos. Una pequeñita luz para el bien de la Humanidad. Una pequeñita luz por la que merece la pena  vivir, sabiendo que en realidad de ese modo nunca estaré muerta.

PIENSA, PIENSA, PIENSA…, SIENTE, SIENTE, SIENTE…AMA, AMA, AMA…

Pensar es la titánica tarea de obligado cumplimiento de todo ser humano, de poner cada célula, cada neurona de su ser, en creación para el bien del resto de los seres que habita el universo, en este instante y en todos y cada uno de los minutos que sobreviva a ese ser una vez muerto. Sólo así, no habrá nunca fin, muerte, desolación, destrucción. Pensando que soy capaz de integrar en mi pensamiento todos y cada uno de los sentimientos de mis congéneres, podré llegar a la idea de que YO soy el TODO, de que TODOS somos el YO, de que el TODO es absoluto, universal; conectando cerebros, pensamientos, ideas diferentes, para alcanzar la verdadera igualdad de todo ser humano, sin contemplar sexo, raza, ideología política, religiosa, en un pensamiento único, hacia la maravillosa idea de que es posible conocer la VERDAD y habitar en ella.

Pensar es hacer magia y ponerla al servicio de los demás. Pensar es avanzar y pensar sirve para tener la certeza de que tan sólo un minuto de pensamiento por el bien de los demás, merece la pena de toda una vida llena de soledad.

Lucho a diario por mi derecho a mi pensamiento libre, rebelde. Tengo miedo, miedo al daño que se me pueda causar por pelear mi derecho a pensar libremente, pero mi hijo me ha enseñado, que cuando el miedo muerde se le ha de mirar cara a cara y seguir adelante con nuestro pensamiento de libertad, igualdad y hermandad entre todos los seres pensantes.

Tengo la suerte de tener un trabajo que me permite vivir, sentir, pensar, mil y un pensamientos diferentes que viven todas las personas del mundo por su lugar de nacimiento, religión, ideología, etc. Y tengo la desgracia de darme cuenta, que en el siglo XXI no existe libertad de pensamiento. Los poderes políticos, religiosos, nos aplastan la libertad de pensamiento. En unos lugares con la pena de muerte, en otros con sutiles mensajes que nos hacen creer que, incluso somos libres de pensar, pero no es así. Incluso entre nosotros, el pueblo llano, a diario censuramos, directa o indirectamente, a todo aquel que no piensa como nosotros. Es un problema de piel, de no habitar la piel del otro, aunque sea sólo por un instante. Es un problema de sentimiento.