La sociedad está experimentando un profundo cambio, respecto a los estereotipos, roles, y leyes que existían, y todavía existen, en las sociedades patriarcales.
El movimiento feminista, que ya en el mayo 68 francés, tuvo una tímida presencia, tomó empuje en las décadas posteriores.
Marc Kravetz, reportero del diario Liberación, escribió entonces: “hoy se habla mucho a propósito del acoso sexual, de la liberación de la palabra de las mujeres: mayo del 68”.
Ha sido en este año 2018, cuando se ha producido un estallido, en el espacio público, del empoderamiento de las mujeres que han salido a la luz con fuerza temas como el acoso sexual, con el movimiento “MeeToo” en Estados Unidos, y con posterioridad en lugares e instituciones como en la Academia del Nobel, espacios deportivos y la plataforma la Caja de Pandora en España.
La cultura patriarcal imperante está siendo objeto de crítica y se están desmontando sus hábitos y roles preestablecidos de una manera masiva, de un modo intergeneracional y transversal.
En todos los ámbitos públicos: político, social, cultural, policial y medios de comunicación, las mujeres han irrumpido con fuerza exigiendo autonomía e igualdad.
La sociedad está registrando los cambios profundos que se están produciendo respecto a la mentalidad y leyes que influyen en la distribución y competencias en el espacio privado y público: los cuidados, el reparto del poder, la igualdad de oportunidades, la desaparición de la brecha salarial, la libertad de elegir.
Las mujeres han salido a la calle y han reivindicado estos cambios, los hombres están inmersos en una crisis de “masculinidad” que les está llevando poco a poco a encontrar un nuevo papel en la sociedad rompiendo los moldes ancestrales del patriarcado.
En un momento de grandes conflictos, a nivel mundial, por el poder absoluto de la economía neoliberal y el resurgimiento de nacionalismos y populismos, las mujeres están siendo el sujeto histórico del cambio que marca un rumbo por la igualdad y libertad.