Desde el pasado mes de diciembre en el que se tuvo información sobre una propuesta, “de Modificación Organizativa”, en Atención Primaria, se está viendo desde muchos profesionales y un número creciente de pacientes y usuarios que supone un golpe tremendo a la esencia de la medicina familiar.
Según expone la FRAVM en el pliego de firmas que está recogiendo entre la ciudadanía y que entregará a la Consejería de Sanidad a finales de febrero, sobre la experiencia piloto que se está llevando a cabo en 14 Centros de la Comunidad de Madrid,
”La llamada propuesta de modificación organizativa en Atención Primaria (A.P.) para adecuar la atención sanitaria a la distribución de la demanda asistencial de la Comunidad de Madrid reducirá el horario de atención a la población en Atención Primaria en los Centros de Salud.
Según esta propuesta nuestros/as médicos/as, pediatras, enfermeros/as y profesionales asignados solo nos atenderán hasta las 18:00h y desde las 18:30h hasta las 21:00h habrá un número reducido de profesionales que atenderán a los usuarios como Servicio de Urgencia, perjudicando directamente a la ciudadanía ya que reduce el horario de atención al usuario/a y por lo tanto aumentando aún más las demoras en las citas, rompiendo la continuidad en la atención al paciente.
Para la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, con esta medida, laConsejería de Sanidad no pretende mejorar la asistencia al paciente, ni las condiciones laborales de los trabajadores sanitarios sino establecer un sistema en el que poco a poco las plantillas de A. P. disminuyan, aumentando las Urgencias Hospitalarias y acabando con el primer nivel asistencial que es la Atención Primaria.
La Atención Primaria (A.P.) es un servicio público y como tal debe mantenerse en su integridad”, exigiendo a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid la retirada de dicha propuesta.”
Este plan piloto ha sido firmado por dos sindicatos sanitarios únicamente, AMYTS y CSIT Unión Profesional, y cuenta con la oposición de CCOO, UGT, CGT, MAT y SATSE, entre otros, de las asociaciones vecinales y de las plataformas en defensa de la sanidad pública.
De extenderse la propuesta del Gobierno regional a todos los centros de salud, se perderían más de seis millones de citas médicas, que son las que se cursaron en 2017 en Atención Primaria después de las 18:30 horas y, desde luego, se saturarán las Urgencias, que desde hace tiempo claman por un refuerzo de personal.
Para la MEDSAP, convocante de las sucesivas “Marea Blanca”, “estamos ante un ataque sin precedentes a la Atención Primaria y con ella un esfuerzo para hundir el Sistema Nacional de Salud tirando abajo sus cimientos”, que fue corroborado por profesionales de los Centros de A.P. y apoyado por numerosos vecinos.
No se puede seguir manteniendo a los médicos con una carga asistencial de más de treinta visitas al día, aparte de la atención domiciliaria, que efectivamente alarga su horario laboral. No se puede situar el problema en reducir el horario de tarde para “una mayor conciliación entre la vida laboral y personal”. Responder de esta manera al déficit de pediatras, es erróneo, su causa está en el escaso número de plazas de formación pediátrica en las convocatorias del MIR y primar la formación y práctica hospitalaria, frente a la A.P.Y desde luego para la población, estando los niños escolarizados, es necesaria la atención después de las 18h, lo contrario supone una clara deriva a la atención privada, si se tienen medios, o a la urgencia hospitalaria.
La solución empieza por un aumento del PIB en Sanidad y en A.P. Se requiere más profesionales, contratos dignos y estables. Potenciar el trabajo en equipo, reclamando programas de formación continuada e investigación, trabajar en promoción de la salud y en educación sanitaria, dando ocasión a la participación de la comunidad. Y que los nuevos profesionales, muy bien formados, no tengan que marcharse fuera de este país por no encontrar aquí trabajo digno, lo que supone además una clara sangría de los recursos que se emplean en educación y sanidad.
Su necesidad es más evidente ante el incremento de la desigualdad social, y la falta de los elementos imprescindibles para una vida saludable, como son la vivienda y el trabajo digno. Aspectos que no se pueden solucionar con la necesaria e insuficiente Asistencia Social, y que requieren una Atención Primaria pública, que pueda llegar a toda la población, siendo sensible a las cuestiones de género, tan definitivas en la salud.
Desde la colaboración privada, a dónde parece nos quiere llevar la Comunidad de Madrid, estos aspectos no se contemplan, no son comercialmente rentables y para los que “tienen el dinero en su bolsillo”, carecen de importancia.
Si no queremos que la generación siguiente se lamente de lo que tenía sanitariamente hablando, todavía estamos a tiempo de apoyar una sanidad pública, de calidad y cobertura universal, en definitiva para todos los que vivamos en esta ciudad que es posible mientras exista la alianza social y profesional.