Ante las elecciones del 10N, se están actualizando los relatos de los partidos: Gonzalez y Rajoy abogan por la gran coalición (acuerdos PSOE y PP), dicen que habrá que aceptar condiciones incómodas en aras de la estabilidad; y Casado, Ribera y Errejón anuncian que ellos no bloquearán la formación de gobierno, todo por conseguir a votantes cansados del circo electoral. UP se mantiene en su reclamación de participar en un gobierno progresista.
Sánchez quiere votos de Ciudadanos y de UP para ver si aumenta su cuota de diputados y formar gobierno sin negociar con UP, y sin depender de la abstención de partidos nacionalistas. Pero las encuestas parece que solo dan crecimiento al PP, a costa de Vox y especialmente por un fuerte bajón de Ribera.
En términos de aritmética parlamentaria, si baja mucho Ciudadanos, el PSOE se puede encontrar con que, si no quiere repetir la mayoría de la moción de censura, tendría que llegar a acuerdos con el PP. Lo que desean Gonzalez, Rajoy y quien sabe cuantos más.
El debate de precampaña, a solo un mes para las elecciones, se está limitando a plantear la cuestión de mayorías de gobierno, sin debatir los temas políticos de fondo que interesan al ciudadano. A base de descafeinar el debate politico, para no asustar al centro-derecha que los asesores de los candidatos definen como el caladero de votos, los electores ya no escuchan argumentos sobre las cuestiones políticas realmente importantes para sus vidas.
De Cataluña se habla, desde la derecha y el PSOE, sobre cuándo y cómo aplicar el 155 o similares, ante la reacción política y popular que producirá la sentencia del “procés” en unas semanas. Ya sabemos que la derecha no quiere un debate político del asunto catalán y la estructura territorial del Estado, pero vemos que al PSOE le aterroriza plantear el debate federalista y, para ganar votos a la derecha, habla del 155 ya que espera que el tema cope los últimos veinte días de campaña, y lanza el eslogan “Ahora España”, cuando Vox lanza el “España siempre”.
La crisis económica se está recrudeciendo, ya que la precarización produce falta de demanda interna y la crisis internacional se mantiene, generando guerras comerciales y caidas del PIB. En la UE, Italia, Reino Unido y Alemania están al borde de la recesión. Todo ello supone alarmantes pronósticos para la exportaciones españolas, por lo que el país debería organizarse ante la eventualidad de una recesión, que la mayoría de la sociedad española recibiría en una situación de agotamiento, tras los últimos diez años. Ningún partido está planteando al electorado lo que se viene encima y que políticas hay que acometer.
Y está pendiente el gran tema a debatir en unas elecciones, el que probablemente mas preocupa a la mayoría social, las políticas que aborden los problemas sociales y ambientales, que se han acentuado con la crisis: la precarización del empleo y derogación de las reformas laborales que lo facilitan, la regulación de alquileres y creación de un parque de vivienda pública de alquiler, el blindaje de las políticas de educación pública, salud para todos y dependencia, las políticas de transición ecológica y energética, y en general las que atiendan a la reducción de la desigualdad, la justicia social y ambiental, las culturales, antipatriarcales y de derechos fundamentales.
Estas son las preocupaciones de la mayoría social y de los movimientos sociales, donde nos integramos las asociaciones vecinales, pero se están quedando fuera de la campaña. Son además las políticas que podrían hacer frente al recrudecimiento de la crisis: empleo digno y más presupuesto en políticas sociales y ambientales, que redundarían en creación de empleo digno y en mejora de calidad de vida, en definitiva en crear mejores condiciones de resistencia, y en el inicio de transformaciones en el modelo productivo, con introducción de nuevas tecnologías ambientales en la industria, servicios y sector agrario. Pero seguimos con una economia de turismo y construcción, y con los presupuestos prorrogados del PP: así de absurdo.
Los movimientos sociales queremos el entendimiento de los progresistas, y una profundización democratica. Nuestro adversario son los recortes económicos, y de derechos civiles, que plantean las tres derechas. Tenemos que reflexionar personal y colectivamente para construir progreso y exigir coherencia a los partidos en sus planteamientos ante las elecciones, no esperar al día después para enterarnos de lo que realmente harán, mientras en la campaña electoral se plantean relatos impostores.