Por Patricia Baño Cortés – Feministas Prospe

Este 25N el Movimiento Feminista resurge con fuerza en las calles de cada pueblo, de cada barrio de Madrid, es pueblerino orgulloso, es barrionalista, transita desde lo mínimo, pequeño e insignificante de una mirada en una calle oscura una noche de otoño, al jolgorio orgulloso del reconocimiento institucional de toda una vida dedicada al activismo.

Un año más, porque no nos permiten descansar, tenemos que salir a calle a señalar que nos siguen matando, que nos siguen violentando en las calles, en nuestras casas, en nuestras fronteras, en cárceles y CIEs, pero también en el pequeño espacio de una consulta médica, en la salita donde nos hacen una entrevista de trabajo, en una comisaría de barrio, en un ascensor de esos tan bonitos y antiguos de Madrid, en el artículo x de una ley que finge pero no aplica.

Y salimos con fuerza, con entusiasmo, con garra y con poderío feminista, con pancartas, sudaderas moradas, de negro o de colores, con velas, con megáfonos, con música, bajo una noche oscura, donde amenaza la lluvia, y las vecinas, que han estado pendientes de la convocatoria, responden a la llamada y se acercan a la plaza.

Entonces, el frío de la noche que acaba de caer sobre nuestros cuerpos de mujeres fuertes, se transforma en calor humano, en voces que juntas, una vez más, reclaman el cese inmediato de todas las formas de violencia machista, el compromiso social y político de atajar esta lacra, de una vez por todas, despertando el interés de transeúntes despistados, la plaza se viste de morado.

La lectura del manifiesto, este año titulado, “LOS BARRIOS Y PUEBLOS 8M DE MADRID CONTRA LA VIOLENCIAS MACHISTAS”, entre nosotras es ya una tradición, las vecinas esperan impacientes el momento de poder salir al centro del circulo, formado solo a medias este año, para poder respetar distancias y demás, y leer orgullosas un párrafo, delante de todas las hermanas allí convocadas.

Somos conscientes, de cómo ha caído sobre las espaldas de muchas vecinas el peso de la pandemia, las situaciones tremendamente duras en que vivían sólo han empeorado y no parece que el final esté cerca, además, el confinamiento ha agudizado el control que muchas sufren por parte de sus agresores, también del desamparo y el sufrimiento de menores víctimas de agresiones.

Pero nuestros cuerpos son eso, nuestros, y nuestras identidades son propiedad de cada una de nosotras y no estamos dispuestas a entregarlas, nos apropiamos de nuestro espacio, ocupamos la plaza en la noche oscura y gritamos fuerte:

¡BASTA YA DE VIOLENCIAS MACHISTAS!

Basta de tortazos, puñetazos y patadas, basta de chistes machistas, de miradas, de soplidos, de roces, de supuestas caricias no pedidas, basta ya de mirarnos el móvil, de acosarnos por Twitter, Facebook, y por el Insta, basta ya de escupirnos o insultarnos si vivimos o trabajamos en las calles, basta de encarcelarnos, torturarnos y violarnos por migrar, basta de echarnos de nuestras casas, de no contratarnos y explotarnos gratuitamente, basta de desnudarnos para hacer publicidad, basta de mostrarnos siempre débiles, inseguras, calladas y sumisas, esas no somos nosotras, nosotras somos las que, un 25 de noviembre frío y lluvioso, caldeamos la PLAZA DE LA PROSPE con nuestra furia de mujeres empoderadas.

Y cada 25N seguiremos señalando a los hombres que nos sigan violentando, que nos discriminen, que nos agredan, que nos violen, que nos escupan, les miraremos a los ojos y les responsabilizaremos, porque es fundamental que asuman y se hagan cargo, que se corrijan entre amigos, y que se callen unos a otros en las faltas y abusos, que no se cubran y que CAMINEN JUNTO A NOSOTRAS.

POR TODO ESTO Y MUCHO MÁS SALIMOS A LA CALLES. No estamos dispuestas a consentir ninguna violencia contra nosotras. Decimos BASTA a todas las violencias que sufrimos en todos los ámbitos y espacios de nuestras vidas: en el hogar, el trabajo, en los espacios públicos, en la pareja, en el entorno laboral, la sociedad, y las instituciones del Estado.

NOS QUEREMOS VIVAS, NOS QUEREMOS LIBRES.
EL PATRIARCADO Y SU VIOLENCIA VAN A CAER PORQUE JUNTAS SOMOS MÁS FUERTES
¡VIVA LA LUCHA FEMINISTA!