Stela Más y La Latina, callejean por el centro de Madrid.
Stela.- Y pensar que desde este edificio conocido antaño como el palacio de telecomunicaciones, se está cerrando toda formula de comunicación con el vecindario de Madrid…
Latina.- ¿Te refieres, a que el ayuntamiento de Madrid sigue propiciando el autismo social?
Stela.- Así es. El otro día presentaron los vicepresidentes de los Foros Locales en el registro del ayuntamiento, una carta en la que manifestaban que ese nuevo engendro llamado Consejos de Proximidad, era una forma de evitar que la voz de los vecinos viera la luz.
Latina.- Ya he oído que en algunos distritos se están organizando las distintas asociaciones de los barrios, para llevar ideas, criterios, proyectos al resto de los vecinos sin contar con el consistorio.
Stela.- Y volvemos a la matraca de: todo para el pueblo, pero sin el pueblo.
Latina.- ¿Insinúas que hemos vuelto al despotismo ilustrado?
Stela.– No, por favor, qué cosas tienes, solo hemos vuelto al despotismo, pero sin lustre ni ilustración. Nadie es capaz de ilustrar si no está ilustrado. Hemos regresado a la conducción de las masas con espíritu paternalista. Dejamos de ser sujetos de derecho y regresamos a ser objetos manipulables.
Latina.- Y más lo vamos a ser si gana quien se presume, pues la compañía que le hará la corte es mucho más afecta al bla, bla, bla, mordaz, ajado, caduco y sin lustre. Y eso me lleva a recordar a otro paternalista, el mejor alcalde de Madrid, Carlos III, que decía, presuntuoso y con aires caciquiles que: el pueblo de Madrid, sus vasallos, eran como niños, que lloraban cuando se les lavaba.
Stela.- La baba, se nos va a caer la baba como sigan las cosas así y no reaccionemos. Te lo digo yo. Los unos despliegan las velas para llegar a la justicia social y los otros despliegan las balas para ciar, que es remar marcha atrás.
Y este hotel lo han vuelto a abrir, por lo que veo
Latina.- Sí, ya ha abierto nuevamente sus puertas el hotel Ritz. Podemos entrar y tomarnos un café y cotillear un poco.
Stela.- Me sentiría fuera de lugar ahí dentro, si quieres nos vamos a comer un bocata de calamares.
Latina.- ¿No quieres?, qué lástima, en el Ritz te sentirías ritzca por unos instantes.
Stela.- ¿Ya empezamos con el juego de palabras?, pues te diré que me sentiría ritzdícula tomando un café aquí, con tantos mantenidos y subvencionados que hay en las colas del hambre ¡Vuelve a por otra con tu lengua viperina!
Latina.- ¡Qué carácter! Está visto que hoy no tienes un buen día, le sacas punta a todo, parece que la que ha recibido la navaja has sido tú.
Stela.- A mí solo me mandan chinchetas. Está empezando a llover.
Latina.- Si quieres entramos al museo del Prado y nos ilustramos un poco mientras evitamos el mojarnos. Lo mismo vemos algún cuadro del maestro Goya, que algún empresario de la construcción se ha decidido a donar tras adquirirlo en negro. Ya sabes la lluvia lo lava todo.
Stela.- Sé por dónde vas, estás hablando del retrato del señor marqués de Villanueva del Duero, tatarabuelo político de la ex presidenta del gobierno madrileño, que fue pintado por el maestro Goya y vendido bajo cuerda a un ex ministro allá en la época de Arias Navarro y miembro de la real academia de ciencias morales y políticas. Por cierto sigo sin comprender porque se empeñan en poner juntas la moral y la política…
Latina.- Es como una coalición, la una lava a la otra y al final las dos sucias.
Stela.- ¡Cuidado con el charco, no vayas a mojarte demasiado!
Latina.- ¡Gracias! Qué suerte tienen los ricos, ¿verdad? Nunca los pobres se encuentran un cuadro en casa que lo pintara un genio, ni tienen un comprador académico de la moral.
Stela.– En casa, mi madre guardaba las hojas del calendario que daba la Caja de Ahorros y Monte de Piedad en los años 60, dan mucho juego, son láminas muy costumbristas, pero no valen un céntimo.
Latina.- Es la costumbre; los pobres a dos velas y los ricos que abran las velas de sus embarcaciones. Pero sigo pensando que la cultura llama a gritos a la cultura, como las velas a los vientos. La esposa del heredero del cuadro fue ministra de cultura y eso ayuda mucho.
Stela.- Aún recuerdo cuando en una entrevista le preguntaron qué opinaba sobre Saramago, premio nobel de literatura y ella dijo que no había leído nada de esa señora Sara Mago.
Latina.- Pues se debía referir al Mago de Oz y el martillo, por eso no había leído nada que le oliera a rojerío, pero en cuanto se trata de billetes de curso legal, se aplica mucho y en lugar de darle de alta en el Ministerio de Cultura, en el Inventario General de Bienes muebles, para que sea declarado como Bien de Interés Cultural, como el museo ya sabe de su existencia, inédita hasta ese momento, ya que la máxima autoridad de la pinacoteca ha certificado que es un Goya de su mejor época, pues se callan y se lo venden al empresario por 5 millones de eurillos. ¡Nada por aquí, nada por allá!
Stela.- Eso es parte de la maldad, la otra parte es la de no pagar los impuestos por su venta. Los que aman tanto su país, hacen caso omiso de los impuestos. Todos sabemos que en el año 2012, cuando se vendió el cuadro, en plena crisis, había mucho dinero y pagar impuestos era algo que no se llevaba entre los neoliberales de buena cuna; tan señora, tan marquesa, tan patriota. Porque ella era de las del grupo de las banderas, ¿no?
Latina.- Esa fue la confusión, la gente entendimos que era amiga de las banderas, pero lo que en realidad se siente es lavandera, de esas que lavan y blanquean el vil metal.
Lo ridículo de todo esto es que ha salido a la luz por lo de siempre: “Parte quiero o si no me chivo”.
Stela.- Sí, porque el Ministerio, aún debiendo conocer su existencia, no hizo nada por inventariarlo.
Latina.- De Wertgüenza.
Stela.- No te entiendo, Latina.
Latina.- Que en aquel momento era Wert el ministro del ramo, y entre antiguos compañeros hay que hacerse favores o mirar para otro lado.
Stela.- Hay tantos que miran para otro lado, mira esa residencia de ancianos, que avisa a los familiares de los residentes que un grupo de voluntarios del partido que gobierna, ayudará a estos el día de las votaciones a acercarse a las urnas.
Latina.- Nada nuevo. Para evitar que algún apoderado en el colegio electoral informe de la ilegalidad, se les da los sobres a los ancianos antes de salir del coche de los voluntarios.
Stela.- Está visto que Madrid no sería Madrid sin su voluntariado.
Latina.- Ese voluntariado que deja sin trabajo a los profesionales en activo.
Stela.- ¿De qué hablas?
Latina.- Me refiero al grupo de voluntarias y voluntarios que ponen las vacunas en los grandes vacunódromos. Ellos lo hacen por amor al arte, al partido o porque se aburren y mientras tanto no se contrata a trabajadores de la sanidad. Hay voluntariado con muy mala voluntad.
Stela.- Hablando de vacunas, ¿a ti cuando te toca?
Latina.- Yo soy de las que han incluido en el juego de “pinto, pinto, gorgorito”. Hoy dicen que puede ser Moderna en un hospital alejado de mi casa, mañana Pfizer en mi centro de salud, pasado en las Ventas, antes de empezar la corrida homenaje al voto, con Asta o con Astra…, ¡Astra las narices me tienen!
Stela.- Emplea la filosofía Latina, relájate.
Latina.- Esto no va de filosofía, va de gestión. Cada día estoy más convencida que los que dirigen este descontrol son adictos a Agatha Christie y a Alfred Hitchcok: misterio, suspense, psicosis vecinal y muchas colas. Mi vecina opina que un día se encontraran las colas de los vacunantes con las colas del hambre y Madrid se convertirá en un refresco o batido de colas.
Stela.- No te metas mucho con ellos, la gente dice que van a arrasar en la urnas.
Latina.- Ya se sabe; urnas veces se gana y otras se sigue perdiendo, como en la CM.
Stela.- Es cierto, una vecina mía dice que hay mucho masoca por metro cuadrado en esta comunidad, otra, que es más directa, piensa que hay mucho madri leño y pocos madrileños.