El domingo 12 de febrero ha tenido lugar en Madrid una multitudinaria manifestación, en favor de la sanidad pública, universal y de calidad.

Superó con creces a la que tuvo lugar el pasado mes de noviembre, en la que se reiteró la misma petición, a la vez que se denunció con fuerza el deterioro que viene sufriendo la sanidad madrileña y, más en concreto, la atención primaria, donde los profesionales llevan más de dos meses de huelga y casi tres meses de paro.

En esta ocasión la manifestación fue convocada por las asociaciones de vecinos y vecinas y barrios de Madrid a los que acompañaban más de 70 organizaciones sociales, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, representantes sindicales y de partidos políticos de izquierda, colectivos de hospitales y miles de médicos y médicas en huelga.

Cuatro columnas: Norte, Sur, Este y Oeste partieron desde distintos puntos de la capital hasta confluir en la Plaza de Cibeles donde se leyeron los manifiestos.

La columna Este, correspondiente a la zona de nuestro barrio, Prosperidad, salió del Hospital de la Princesa y aglutinó a miles de personas que caminaron con pancartas por la calle Conde de Peñalver, rumbo a Cibeles.

Se repitieron consignas y canciones, a la vez que se pedía la dimisión de Ayuso, no solamente por la pésima gestión que está llevando a cabo en la Comunidad de Madrid, sino también por el desprecio que está manifestando hacia los médicos, con calificativos inadmisibles hacia ese colectivo en los medios de comunicación.

La Comunidad no da muestras de atender a las justas reivindicaciones, negándose a negociar y sin que la Presidenta, ni el Consejero de Sanidad hayan acudido ni una sola vez a dialogar con los profesionales.

La privatización, la falta de inversión y de personal, la escasez de tiempo para atender a los pacientes está influyendo en la baja calidad de la asistencia, con largas listas de espera y un agotamiento físico y psíquico del personal sanitario, denunciado permanentemente en estos meses en la calle a las puertas de los centros de salud, en marchas periódicas hasta la Consejería de Sanidad y en los medios de comunicación.

La confluencia de las cuatro columnas en Cibeles, junto a una gran batucada, resultó impresionante por la multitud allí congregada y el clamor tan unánime exigiendo que la sanidad sea digna, ya que es un bien imprescindible para todos los ciudadanos.

La alta tensión que experimentan los madrileños y madrileñas ante este problema, se hizo a todas luces más que evidente, en esa soleada mañana.

 

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