Desgraciadamente, creo que estos días no hay tema de mayor actualidad que la explosión de la extrema derecha. Ahí van algunas hipótesis, que debieran ser contrastadas con datos empíricos.

Décadas de una globalización injusta han empobrecido a amplias capas de las clases medias y trabajadoras de los países industrializados, creando una enorme inseguridad. El neoliberalismo no solo ha alimentado una desigualdad creciente con instrumentos como los paraísos fiscales, sino que ha impuesto una ideología individualista “del sálvese quien pueda” y la “libertad de tomar cañas”. Los jóvenes son doblemente víctimas, con trabajos precarios y un casi imposible acceso a la vivienda, pese a los cual, muchos han asumido esa ideología. Y más aún, muchos varones jóvenes se sienten amenazados por la limitada conquista de derechos feministas y se sienten inseguros y manifiestan su inseguridad votando a la extrema derecha, que sigue predicando sociedades homogéneas y negando fenómenos como la violencia de género. Y, que, reivindican que el otro (el inmigrante o el que tiene otra orientación sexual) es un peligro para la sociedad.

Digamos que en general los motores del voto a la extrema derecha son la inseguridad y el resentimiento.

En cada país hay causas específicas. Entre nosotros, el nacionalismo español se ha visto impulsado por el procés catalán.

En toda Europa, la extrema y ultra derecha ya ha ganado antes de llegar al poder en la medida en que la derecha tradicional ha asumido sus discursos y políticas o ha pactado con ellos convirtiéndolos en opciones aceptables para ciudadanos de derecha moderada.

Un factor importante es el dominio de las redes sociales por las opciones más radicales como Se Acabó la Fiesta, de manera que llegan directamente a los jóvenes.

Puedes seguir al autor en su Blog https://periodismoglobal.com/

 

Dejar una respuesta