Como cada principio de año, lo primero que nos han enseñado, en aras de la costumbre y la tradición es desear a todas las personas de nuestro entorno, UN FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO. Así, sin pensar mucho, hay quien celebra el nuevo año el día que cumple un año más, en realidad a partir de ese primer día comenzaron nuestras vidas en este valle de ignominias, por tanto, cada año nuevo, si lo trasladamos al día de nuestro cumpleaños nos ajustamos más a la realidad de nuestro ciclo vital.
El rito marca el felicitar la prosperidad que llega con el cambio de calendario. Tras los primeros días de enero nos sale al paso algo tan real como impopular: la “cuesta” y lo que se suele decir con extrema realidad: “lo que cuesta la cuesta”. Cierto, comenzamos a gastar alejándonos de nuestra realidad económica con el viernes negro, impuesto por la neotradición mercantilista de más allá del Atlántico, y termina tras la llegada de los óbolos monumentales, en especial para los más pequeños, que pertenece a nuestra tradición… Pero, ¿cómo anular esas sonrisas?; la ilusión de unos peques bien vale una cuesta. Es la expresión en estado puro de la fantasía, la magia: Nos vence siempre el imperio de las emociones.
Luego, la triste realidad nos lleva a contemplar las subidas de casi todos los recibos: salud, casa, deceso…, el mercado (huevos, aceite, fruta…) el mercadeo (intereses, comisiones…), la deshumanización (armamento, ataques, destrucción de pueblos y vidas humanas, desahucios, naufragios de migrantes)
La paga crece, cierto, pero las cuentas no cuadran y se va al garete aquello de EL PRÓSPERO AÑO. Querámoslo o no, eso también forma parte de nuestra tradición. El conflicto, la frustración. Al final, el día de los ilusionados, EL DÍA DE LA SALUD, ha pasado, queda El NIÑO, a pesar de habernos engollipado a base de bien durante más de una quincena quimérica, con loas eternas al colesterol, la hipertensión y el maltrato hepático. Ahora conviene regresar a la dieta y esperar a Don Carnal con ilusión.
El chasco
Llegó a media noche la dama de velo negro, cauta, sigilosa, parecía abrazar el silencio a cada paso. Entró en la habitación de la joven, se sorprendió al ver a diez plañideras rodeando la cama. Esa hermosa mujer; bella, esbelta, de bonita figura y cabello dorado, yacía inerte, pálida, ausente.
Aquella situación, en principio le sorprendió, luego vino el enojo, le siguió la pregunta: ¿Quién se le había adelantado? Aquella no era la primera vez.
Salió de la casa rauda y veloz, el tiempo apremiaba, debía encontrar otra mujer, un joven, quizá un viejo, o por qué no, un niño… Comenzó a buscar a la presa.
Mientras tanto, en el dormitorio de la joven los llantos se tornaron en risas, la mujer yacente abrió sus grandes ojos verdes y… las plañideras rieron largo rato.
Una vez más la Inteligencia Artificial había predicho lo que ocurriría e indicado como burlar a la dama de velo negro.
Alarmistas
No es cierto que los señores de la guerra, junto a las fábricas de armamento, quieran extender la noche de Halloween a todas las noches del año.
Noche de marrón glacé
Se conocieron en la pastelería. Él había comprado, en recuerdo a los seres más queridos, una sola porción de turrón de Xixona. Era poco goloso, pero le gustaba mantener las tradiciones: la tarde de Nochebuena, pocas horas antes de la noche en que se ve surcar los cielos un trineo tirado por renos, comía una porción de turrón, solo una, ya que le resultaban muy empalagosos.
Una bella y grácil mujer de cabellos blancos y rizados, vestida toda ella de un rojo muy navideño, de grandes ojos negros, sensuales, con un aire entre soñador y despistado, entró en aquella pastelería, compró “marrón glacé”, unos dulces que él no había probado nunca, les tenía manía.
Coincidieron en la caja, coincidieron sus miradas y una colección de sonrisas en sus rostros…
Pasaron la tarde cordialmente, mientras paseaban y seguían coincidiendo, hablaron sobre gustos y colores, sobre fobias y filias, sobre aromas y sabores…
Ninguno de los dos quería que terminara aquella maravillosa tarde de Nochebuena, a pesar de haberse agotado muchas horas antes.
Al fin, llegaron al portal de la casa de la joven, esta le invitó, con fingido rubor, a que conociera su apartamento. En ese momento él sintió el flechazo de Cupido en lo más hondo de sus sentimientos. Ese era el inesperado regalo de Navidad y encandilado por el cándido rubor de la joven y la inesperada invitación, abrazó a la bella mientras le susurraba algo al oído:
-¡Oh, cariño!, voy a besar todo tu cuerpo hasta encontrar el punto más dulce de él.
La hermosa criatura lanzó una jovial carcajada, le tomó de la mano, con premura entraron en el ascensor, luego en la casa, sin demora alguna lo llevó hasta la cocina, abrió el frigorífico, sacó media tarta de tres pisos con tres tipos de chocolate, nata y frutos del bosque, abrió el cajón y extrajo dos cucharillas, una, la más pequeña, se la dio a él.
Sin dejar de reír, comía con apasionada fruición y comía, comía…
Él joven permanecía atónito, sin atreverse a besarla más que en la mano izquierda, la blanca mano derecha de la bella estaba muy ocupada, la movía agilmente, sin soltar la cucharilla; de la tarta a la boca y de esta retornaba a la tarta con toda velocidad.
Una vez engullida la totalidad de ella, abrió el paquete con un kilo de hermosos “marrón glacé” y siguió zampando con marcada ansiedad. Aquella frágil y encantadora mujer, pensó, se ha convertido en un leucocito que fagocita todo dulce cercano a ella…
Tras ese fugaz pensamiento, fue el momento en el que el galán frustrado y ciertamente amargado, sin prisa, pero sin pausa, abandonó el apartamento de la bella glotona, sin echar una mirada atrás.
Al llegar a la calle pudo escuchar las campanas de una iglesia cercana… eran las doce en punto… Comenzaba la Navidad. Aquel era el momento exacto de comerse la porción de turrón de Xixona, pero no lo hizo…, lo tiró a la papelera.
Mientras se alejaba pudo escuchar un grito desesperado. Era una voz de mujer, todo parecía indicar que pertenecía a la bella pidiendo auxilio, escuchó atentamente. Sí, efectivamente era ella, llamaba al 112, decía, angustiada que no encontraba la insulina.
Nuevamente seguía solo, pero contento por haber abierto el regalo de Navidad antes de la cuenta. Tendría que esperar a la Noche de Reyes, a ver si entonces, como cada año, encontraba en el roscón el haba de la suerte. Suerte para seguir alejado de la gula.
El lío
Hay cerebros que se empeñan en convertir las narraciones mitológicas en hechos racionales y viceversa; los mitos en rotundas verdades. Al final, esos cerebros, no saben de dónde vienen ni saben hacia dónde van.
Revisionistas
Los revisionistas se encargan de revisar absolutamente todo, todo menos su compromiso irracional con el machismo.Democracias
Hay quien opina que las democracias más avanzadas, desde hace unos cuantos años, han echado el freno y puesto la marcha atrás.
IVA
Ya lo decía don Pero Grullo: se empieza imponiendo el IVA a todos los productos del mercado y se acaba impidiendo la migración humanitaria por hambruna +IVA.
Desigualdad
Según el psico-socio-filósofo Óskar Sánchez V, la desigualdad bien entendida terminaría colocando asesores fiscales y financieros como parte inherente de los Servicios Sociales. Esto implicaría un completo desarrollo de los mismos y la optimización de los procesos de las ingenierías financieras en beneficio de todas las personas que necesitan ayuda. Tendría la ventaja de que no ocasionaría coste alguno para la administración y generaría pingües ingresos en las arcas de la Tesorería del Estado.
Reconozcamos que es más social esa medida que la que existe ahora, donde solo los pudientes se benefician de esa ingeniería y, para colmo, evaden impuestos con avara glotonería.
Ya decía yo que la filosofía servía para mucho.
Alien
Me explicaba Albert Book, profe de instituto, que los grandes problemas del profesorado no estaban en las elucubraciones hiper hormonadas del alumnado. Lo que descoyuntaba la armonía de los docentes y los llevaba de cabeza a coger unas bajas muy altas, siempre relacionadas con la salud mental incendiada, radicaba en el estado de permanente pubertad de los razonamientos que tenían algunos/muchos de los padres.
En el fondo piensan que los profes son esos extraños alienígenas, un “octavo pasajero”, encargado de llevar la contraria y succionar las libertades a sus modélicos chavales. Afirmaba, tras muchos meses de baja y curarse de espanto.
Idea
Cuando le nombraron responsable de Educación, quiso incluir la asignatura de SINCEROLOGÍA, esa que acababa con los bulos históricos.
Inexplicablemente, a primera hora del día siguiente, llegó su cese al despacho.
Derechólogos
Dicen los expertos en Derechos Humanos que hay que plantar los nuevos derechos, los relacionados con la nanotecnología.
Advierten que un derecho es el no manipular la identidad personal. Qué raro, pensé, que raro, me dije…
Al final lo vi raro, pero claro; los poderes públicos y privados lo vienen haciendo desde siempre (hora arriba, hora abajo) y nadie se ha quejado hasta el momento. ¿Será ese el motivo de incluirlo enmascarado dentro de las nuevas tecnologías?
Gentificación
La gentificación es un problema con muchas ramificaciones. Se quejan de que el turismo llena los templos de seres “fotodependientes”, que pagan su entrada a los templos y se fotografían junto a columnas, imágenes y vidrieras. Mientras tanto, los consumidores de credos y de fe, se alejan del bullicio turístico y de los objetivos y misión pastoral de la iglesia. En una frase: ¿Credo o mercadeo?
Libre albedrío
Muchos están de acuerdo en que el libre albedrío hay que protegerlo. Yo soy de los que piensa que primero habría que proteger el derecho a la información veraz. Dicho de otro modo; si la raíz está “chungareta”, el tronco será un desastre y se secará. Por si se sigue sin captar la idea, podríamos decir: si el periodismo no investiga y trabaja los bulos, ¿dónde está el libre albedrío?
Pues eso.
Jotas de la Ribera
En recuerdo a Ezequiel Endériz, autor de tantas jotas navarras populares y que ha sido olvidado por su pueblo y sus gobernantes.
-Si los jueces perjudican / mis ansias de libertad, / pues agarro la mochila / y me marcho a otro lugar.
-Dicen que de tanto querer / te quedarás sin cariño, / no saben quién eres tú / jilguero de dulce trino.
-Por no querer estudiar/ me señalan con el dedo, / solo por quererme robar / tu cariño verdadero.
Y ya está bien por hoy: Felices Cuestas 2025, el mes próximo veremos si sale algo del magín.