El sábado 14 de febrero tuvieron lugar numerosas manifestaciones en muchas ciudades de España en rechazo a la Ley Mordaza, la Ley de Seguridad Ciudadana aprobada el pasado diciembre en el Congreso con los votos del PP y con la oposición de todos los demás grupos políticos.
editorial
Estamos en otoño, hace frío, las calles están cubiertas de hojas, los días van siendo más cortos, las noches más largas. El campo tiene un aspecto melancólico, un poco triste, pero a finales de mes, en el solsticio, los días volverán a ser más largos, al principio casi no percibiremos el cambio. Se atisbará la primavera, todavía lejana.
Todos estamos alarmados por el escándalo de las tarjetas black de los consejeros de Caja Madrid. Desconocemos la posible legalidad de estas tarjetas pero no se comprende como el banco las daba a sus consejeros, que ya tenían retribuciones desmesuradas, sin necesidad de justificar los gastos.
Hace unos días un grupo fundamentalista islámico ha cometido unos atentados terroristas en París causando la muerte de varios periodistas de la revista satírica Charlie Hebdo, en un hipermercado judío y policías.
Uno de los principios fundamentales de las relaciones humanas y de cualquier sociedad es la solidaridad, es decir, la colaboración y ayuda entre todos sus miembros. Se podría expresar diciendo que en una sociedad solidaria todos los miembros aportan según sus recursos y todos perciben apoyo según sus necesidades.
La larga crisis económica, quizás el lento agotamiento del sistema neoliberal, está originando una situación dramática, el paro, la paulatina reducción de los salarios, el desmantelamiento de los servicios sociales. La relación es interminable, lo hemos denunciado en reiteradas ocasiones.