Bruno se levantó a una hora temprana, se sentó en el banco delantero de la casa y esperó a que amaneciera. Por la derecha una luz incipiente anunciaba el amanecer, el riachuelo bajaba más alborotado que en días anteriores, y las montañas sobresalían de su oscuridad. En un par de …
Carmen Moleres
El vagón llega a la estación y los viajeros se acomodan en los asientos. Nadie observa a nadie. Unos tienen la mirada en sus móviles, otros intentan dar una cabezada. Alguna compra de navidad descansa en el suelo. Vuelven del trabajo.
Casi siempre ocurría los jueves. Mi madre me llevaba a la tienda del tío Mario un poco antes de que abriera a hacer la compra al decir de mi madre. Se peinaba con su moño "arriba España" que a mi padre tanto le cabreaba, prefería la melena despeinada de los domingos cuando salían del dormitorio. Y por más que lo intentó siempre iba a la calle con ese peinado. Los jueves se lo ponía más alto y voluminoso, y al rematarlo con una pequeña peineta decía "para que aprendan". Alguien debía de hacerlo pero entonces yo no lo sabía. A …
La puerta está medio abierta y el espejo me refleja tus movimientos. No hay inocencia en tu actitud. Te pones la braga y el sujetador, te fijas un liguero que coge las medias que deslizas lentamente por tus piernas arrogantes.
Me la encontré por primera vez en el puesto de frutas. Era poco comunicativa, pero los tomates y las berenjenas me ayudaron a conocerla. Un día que compré mangos me dijo que le gustaban, que en la India se desayunaba con ellos y los echaba de menos. Pero nunca la …
Los sábados iba con mi padre a la clínica a ver a mi hermana mayor, a quien encontrábamos siempre sentada bajo un árbol. Más tarde supe que era un olmo, de tronco rugoso y grandes raíces, que se asomaban a la tierra formando un hueco donde mi hermana se deslizaba como un cachorro maltratado. Ya no recordaré ese árbol sin mi hermana.